lunes, 30 de septiembre de 2013

SCALFARI SÍ TIENE QUIEN LE ESCRIBA

Autor: Pablo Cabellos Llorente

            Han pasado más de cincuenta años desde que García Márquez publicó su novela "El Coronel no tiene quien le escriba",  narración de la historia de un militar jubilado que pasa sus días esperando la carta  anunciadora del cobro de una pensión jamás recibida. Por asociación de ideas, seguramente, he recordado el título de esta novela, al pensar en la carta escrita por el Papa Francisco al fundador del diario italiano La Repubblica, quien de algún modo había expresado la necesidad de respuestas en dos artículos publicados en su periódico haciendo al Papa un rimero de preguntas sobre la Fe a propósito de la encíclica Lumen Fidei. Sin embargo, tal vez Scalfari estuviera menos esperanzado en una respuesta, que llegó, que el Coronel de García Márquez siempre con la expectativa de una contestación nunca recibida.
        El Papa escribe sobre dos circunstancias que hacen necesario y fructífero el dialogo:  la primera  es la separación ente razón y fe derivada de que, a lo largo de los siglos de la modernidad, se produjo una paradoja: la fe cristiana, cuya novedad e incidencia sobre la  vida del hombre desde el principio han sido expresadas precisamente a través del símbolo de la luz, a menudo ha sido calificada como la oscuridad de la superstición que se opone a la luz de la razón. Así, entre la Iglesia y la cultura de inspiración cristiana por una parte, y la cultura moderna de carácter iluminista,  por otra, se ha llegado a la incomunicación. El Papa recuerda que ya el Vaticano II comenzó a romper esa distancia y agradece a Scalfari la oportunidad de diálogo que le ofrece alguien que se define como" un no creyente por muchos años, interesado y fascinado por la predicación de Jesús de Nazaret".
        La segunda circunstancia, para quien busca ser fiel al don de seguir a Jesús en la luz de la fe, viene del hecho de que este diálogo no es un accesorio secundario de la existencia del creyente: es en cambio una expresión íntima e indispensable. Permítame citarle una afirmación en mi opinión muy importante de la Encíclica: visto que la verdad testimoniada por la fe es aquella del amor –subraya– "está claro que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro". El creyente no es arrogante; por el contrario, la verdad lo hace humilde, consciente de que, más que poseerla nosotros, es ella la que nos abraza y nos posee. "Lejos de ponernos rígidos, la seguridad de la fe nos pone en camino, y hace posible el testimonio y el diálogo con todos" . Este es el espíritu que anima las palabras que le escribo.
        Francisco escribe mucho más, pero permítaseme detenerme aquí para subrayar, en primer lugar, el modo positivo con el que el Papa busca el encuentro en lo que, de momento, les une: la fascinación por Cristo. Sin renunciar en modo alguno a la fe de la Iglesia, es más, recordándola amablemente cuando es preciso, sale al encuentro de un muy conocido periodista, tanto por su trabajo como por su fama de anticlerical. Es una salida del Papa a las periferias de la fe, un ejemplo de cómo debemos acercarnos, con cariño y respeto a  quienes no profesan nuestra mismas creencias.
        Ya Juan Pablo II y Benedicto XVI buscaron ahondar en la primera de las citadas circunstancias, el distanciamiento entre fe y razón en base al pensamiento  en una Iglesia oscura y supersticiosa. Bastaría recordar el empeño mostrado por Juan Pablo II con la encíclica Fides et Ratio o extraer del enorme caudal del Papa Emérito el esfuerzo realizado en pro de esas justas relaciones en reiterados momentos que tal vez tienen su cumbre en los discursos pronunciados en la Universidad de Ratisbona, ante el Parlamento alemán, en el Colegio Des Bernardins de París y lo manifestado al Parlamento y sociedad británicos.
        Indudablemente, el empeño de Francisco no es nuevo pero lo es la forma. Si Scalfari ha tenido quien le escriba, además ha tenido un remitente absolutamente excepcional. Es la primera vez que un Papa se dirige a un periódico de forma directa. Y de ahí hemos de extraer consecuencias todos los católicos y cualquiera que prefiera el diálogo a la pedrada. Si Francisco habla de salir a las periferias, es muy útil, pero si él mismo lo hace tanto yendo al puerto de Lampedusa donde desembarcan muchos emigrantes ilegales -para denunciar "la globalización de la indiferencia"-, como escribiendo en un periódico de ese talante para tender puentes amables, seguro que algo hemos de cambiar en nosotros, en nuestro modo de acercarnos a la gente, en la manera de exponer positivamente la fe traída por Cristo.

        Ni el diálogo es un accesorio para el católico ni la fe que testimonia el amor puede ser intransigente. Ya escribió Benedicto XVI que no somos poseedores de la verdad sino que, todo caso, la verdad nos posee a nosotros y la ofertamos -saliendo a los caminos- desde la humildad, sin arrogancia, pero saliendo como hace Francisco. Dijo en Brasil que Cristo "no balconea".

JUSTICIA, DERECHO, PAZ

Autor: Pablo Cabellos Llorente

        Vamos a comenzar, una vez más, con la vieja definición de Ulpiano sobre el Derecho: dar a cada uno lo suyo, o por recordar los tres pilares en los que el jurista romano lo apoya: Honeste vivere, alterum non laedere, cuique suum tribuere -Vivir honestamente, no dañar a otros y dar a cada uno lo suyo. Me han venido a la mente estos sabios principios, ante el peligro de agrandar la ya triste guerra en Siria.

        El Papa Francisco no ha dudado un momento en oponerse a la intervención de Estados Unidos y ha convocado para el día en que escribo una jornada de ayuno y oración para rogar por la paz. Me he preguntado en cuál de las tres columnas se apoya el presidente Obama para intervenir en el citado país. ¿Es honesto intervenir sin ninguna autorización internacional en una nación que no es la propia? ¿Quién le ha dotado de tal capacidad? ¿Cómo se asegura que no daña a inocentes? ¿De qué modo decide el derecho que cada uno tiene a recibir lo suyo?

        En el famoso discurso de Benedicto XVI al Parlamento Federal de Alemania, afirmaba que la política debe ser un compromiso por la justicia para crear las condiciones básicas de la paz. Otra forma de actuar abriría la puerta a la desvirtuación del derecho y a la destrucción de la justicia. El Papa emérito citaba una frase fuerte de san Agustín: "Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue al Estado de una banda de bandidos?" Como era evidente, citaba el caso de su propio país en la época nazi.

        Justicia, Derecho y Paz son tres conceptos íntimamente unidos, pero ¿cómo podemos reconocer lo que es justo? ¿Cómo podemos distinguir entre el bien y el mal, entre el verdadero derecho y el derecho sólo aparente? No sin razón, se hacía también estas preguntas el Papa Ratzinger, porque las respuestas son decisivas para la justicia y la paz. Es casi universal la protesta contra los deseos de Obama, pero ¿no hemos relativizado todo de tal modo que cada uno acaba haciendo, y dando por bueno, aquello que le es posible realizar?


        Contrariamente a lo que han hecho otras religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado. Cosa bien distinta han sido los estados confesionales. Desde la vinculación precristiana entre derecho y filosofía se inició un camino que lleva, a través de la Edad Media cristiana al desarrollo jurídico de la Ilustración, hasta la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Pero se ha perdido el Derecho Natural, considerado algo puramente católico y hasta vergonzoso en el propio término. ¿No estará ahí, en la propia naturaleza humana, la base del derecho a vivir honestamente, no dañar a otros y dar a cada uno lo suyo?

Los ángeles del cielo

Servidores de Dios y amigos de los hombres: así son los ángeles. 


¿Qué son los ángeles? Espíritus que contemplan a Dios y que viven en medio del misterio. Espíritus que participan de la alegría divina y colaboran en sus planes sobre los hombres débiles y necesitados de ayuda y protección.

Por eso los ángeles sufrirán, de algún modo que no podemos imaginar, al ver que hay corazones que se cierran al amor o pierden la esperanza. O se alegrarán profundamente cuando vean que otros corazones lloran por sus pecados e inician el camino del regreso al Amor de Dios.

El Evangelio nos habla de fiestas y gozo entre los ángeles por cada pecador convertido. Cada vida es importante para Dios, es observada por los ángeles, es bendecida de mil formas por compañeros celestes que nos invitan a soñar en el cielo que nos espera.

Dios desea que algunos ángeles intervengan en nuestras vidas. Por eso en la Biblia encontramos la narración de presencias angélicas. Especialmente bella resulta la salida de san Pedro de la cárcel, guiado por un ángel. Ya en la calle exclama fuera de sí: "Ahora me doy cuenta realmente de que el Señor ha enviado su ángel y me ha arrancado de las manos de Herodes y de todo lo que esperaba el pueblo de los judíos" (Hch 12,11).

Es muy conmovedora la historia de Tobit y de su hijo Tobías, a los que Dios envió el arcángel Rafael. Sólo al final, cuando Tobías ha podido contraer matrimonio con Sarra, y cuando Tobit ha recuperado la vista, los dos descubren que habían sido ayudados por un ángel.

El mismo Rafael les explica cómo había intervenido en sus vidas:

"Cuando tú y Sarra hacíais oración, era yo el que presentaba y leía ante la Gloria del Señor el memorial de vuestras peticiones. Y lo mismo hacía cuando enterrabas a los muertos. Cuando te levantabas de la mesa sin tardanza, dejando la comida, para esconder un cadáver, era yo enviado para someterte a prueba. También ahora me ha enviado Dios para curarte a ti y a tu nuera Sarra. Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están siempre presentes y tienen entrada a la Gloria del Señor" (Tb 12,12-15).

Rafael añade inmediatamente, para tranquilizar a sus amigos, estas palabras llenas de afecto: "No temáis. La paz sea con vosotros. Bendecid a Dios por siempre. Si he estado con vosotros no ha sido por pura benevolencia mía hacia vosotros, sino por voluntad de Dios. A él debéis bendecir todos los días, a él debéis cantar. Os ha parecido que yo comía, pero sólo era apariencia. Y ahora bendecid al Señor sobre la tierra y confesad a Dios" (Tb 12,17-20).

Servidores de Dios y amigos de los hombres: así son los ángeles. Las palabras de Rafael nos llenan de alegría y esperanza. Con la ayuda angélica podemos descubrir el amor de Dios y recibir una fuerza concreta, oportuna, en tantas pruebas de la vida.

Por eso hemos de sentirnos invitados a dar gracias a Dios, porque no deja sin recompensa ningún gesto de amor que podamos ofrecer a los hermanos nuestros más necesitados. Porque nos envía, en ocasiones totalmente inesperadas, un ángel que rompa nuestras cadenas y nos lleve a descubrir lo inmensamente bello que es el Amor del Padre de los cielos.


Autor: P. Fernando Pascual LC.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Pedro Casquero Agundez

Carta que ha sido publicada en el Diario regional Hoy de 29 de Septiembre en su sección Obituario, página 27.

Para adaptarla al tamaño máximo admitido, como podrán comprobar, le ha cortado un par de párrafos que si aparecen en esta que le reproduzco al ser el original.



Nacido el diez de octubre de 1.951 en Puebla de Obando, pueblo extremeño, que se sitúa en el ámbito de las Sierras de Loriana y el Vidrio a mitad del camino entre las capitales de Cáceres y Badajoz.

Miembro de una familia integrada por cinco hermanos, a quienes siempre permanece unido y lo que le hace ser un gran hijo y un buen hermano. Desde edad temprana comienzan a resaltar sus virtudes y valores que poco a poco lo fueron curtiendo y hacen de él la gran persona, que los que lo hemos conocido, nos sentimos muy muy orgullosos de él.

En el año 1977 contrae Matrimonio con una gran Mujer, Isabel, quien más tarde fue un ejemplo como Esposa y  Madre, fruto de este matrimonio nacen sus dos hijos Conchi y Manuel, este último era un niño muy especial, por el que se desvivieron y fue todo un ejemplo de padres, como el de su hermana Conchi.

Cabe destacar la figura de la Madre, tranquila, fuerte, alegre y entregada plenamente a su hijo Manuel, demostrando una gran capacidad de trabajo. Dios quiso llevárselo en plena juventud, lo que hoy le hará estar al lado de su Padre.

Hace un año su hija Conchi le hizo abuelo, mayor felicidad imposible, estaba pletórico con su linda Nieta.

Su carrera profesional se desarrolla en el Complejo Hospitalario Infanta Cristina, comenzando en el año 1976,  done destaca de principio a fin, es un trabajador incansable, para el no existía horario, cuantas veces en mis guardias localizadas como Informático, he ido a las cinco o las seis de la mañana y allí estaba Pedro trabajando, así y  desde hace ya muchos años, ocupaba el puesto de Jefe de Servicio de Contabilidad, puesto ganado a base de trabajo y de tesón, y no haber abandonado jamás su formación.

Era un hombre muy muy querido por todos los integrantes del Complejo Hospitalario.

Espero y deseo que el Servicio Extremeño de Salud, aun cuando sea a título póstumo,  sepa premiar y distinguir de alguna manera, su entrega total a esa Institución.

Llevaba también la administración de la Farmacia de la Madre de otro gran Amigo, Javier Blanco, desgraciadamente también fallecido. Las cuatro o cinco personas que integran la plantilla de esa Farmacia, lo han querido siempre y lo tenían como algo muy suyo, muy en especial Leonor la joven Farmacéutica a la que él le tuvo siempre, un cariño muy especial, cierto es, que con todo merecimiento.

Pedro tenia, grandes virtudes y valores, entre lo que solo voy a destacar aquellas que de una manera notoria, a todos nos han llamado la atención.

Su humildad, su bondad y algo que sobresalía por encima de todo, era su gran afán de ayudar a los demás, pero sin aspavientos, de una manera lo más silenciosa posible, eso sí, sin escatimar esfuerzo, por ayudar al que fuera, esto fue siempre digno del mayor elogio.

Pedro siempre tenía una sonrisa para regalar, ante cualquier adversidad, siempre sabia sacarle la parte positiva, su carácter tranquilo, su inmensa bondad, hacían sentirte seguro a su lado.

Ese afán de ayudar, se manifestaba también, cuando alguien tenía algún problema y llevado por esa confianza, que todos tenían en él, se le consultaba y el siempre respondía “tranquilo que todo tiene solución”  sus sabios, tranquilos y acertados consejos, te obligaban a ver las cosas de otra manera.

La muerte repentina,  estando de vacaciones en Marbella, concuerda con su humildad, su sencillez y el querer hacer las cosas en silencio, pues como digo, hasta su muerte ha sido así. ¡¡Qué gran persona se nos ha ido!!  ¡¡Qué gran Esposo!! ¡¡Qué gran Padre!! ¡¡Qué gran Abuelo!! Y para mí, ¡¡Inmejorable amigo!!

Su muerte, nos ha quedado a todos aturdidos, con un inmenso dolor, era tan gran hombre, tan inmejorable persona, que deja tal vacío en nuestros corazones,  imposible de volver a llenar.

Decía yo en una carta que le dirigí, al día siguiente de su muerte: “Si pudiéramos hacer una escalera con todas las personas a las que has ayudado, llegaríamos al Cielo.

Pero a Dios no le hace falta la escalera y ya te tiene a su lado y junto a su hijo Manu, a quien tanto quiso, desde aquí, donde tantísimas veces hemos estado juntos y mirando hacia arriba solo me resta enviarte un gran abrazo de todos los que le hemos conocido y decirte: ¡¡¡Pedro seguiremos siendo amigos!!! “

Manuel Murillo Garcia

¡Madre, danos tu mirada!

¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día! 
Autor: SS Francisco.


Fragmento de la homilía del Papa Francisco en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. 22 septiembre 2013 


En (Cfr. Hc 1, 12-14) nos muestra a María en oración en el Cenáculo, junto a los Apóstoles, en espera de la efusión del Espíritu Santo (Cfr. Hc 1, 12-14). María reza, reza junto a la Comunidad de los Discípulos y nos enseña a tener plena confianza en Dios, en su misericordia. ¡La potencia de la Oración! No nos cansemos de llamar a la puerta de Dios. ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!

Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre, en cambio, en el Evangelio, acogemos sobre todo la última mirada de Jesús hacia su Madre. Desde la cruz, Jesús mira a su Madre y a ella le confía el Apóstol Juan, diciendo: "Éste es tu Hijo". En Juan estamos todos, también nosotros, y la mirada de Amor de Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre. María habrá recordado otra mirada de Amor, cuando era una jovencita: la mirada de Dios Padre, que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos enseña que Dios no nos abandona, puede hacer grandes cosas también con nuestra debilidad. ¡Tengamos confianza en Él! Llamemos a la puerta de su corazón.

Encontremos la mirada de María, porque allí está el reflejo de la mirada del Padre que la hace Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz, que la hace Madre nuestra. Y con aquella mirada hoy María nos mira. 

Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada llena de compasión y de cuidado. María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada! Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre bueno, que nos espera en cada encrucijada de nuestro camino. Es un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestros pecados. Y para encontrar este Padre, lleno de amor, hoy le decimos: ¡Madre, danos tu mirada! Lo decimos todos juntos: ¡Madre, danos tu mirada!

En el camino, muchas veces difícil, no estamos solos, somos tantos, somos un pueblo, y la mirada de la Virgen, nos ayuda a mirarnos entre nosotros de modo fraterno. ¡Mirémonos de un modo más fraterno! María nos enseña a tener esa mirada que busca acoger, acompañar, proteger. ¡Aprendamos a mirarnos, los unos a los otros, bajo la mirada materna de María! Hay personas que instintivamente no tenemos en cuenta, y que sin embargo tienen más necesidad: los más abandonados, los enfermos, aquellos que no tienen de qué vivir, aquellos que no conocen a Jesús, los jóvenes que están en dificultad, que no tienen trabajo. No tengamos miedo de salir y mirar a nuestros hermanos y hermanas con la mirada de la Virgen. Ella nos invita a ser verdaderos hermanos. Y no permitamos que alguna cosa o alguno se interponga entre nosotros y la mirada de la Virgen.

¡Madre, danos tu mirada! ¡Que ninguno nos esconda tu mirada! Nuestro corazón de hijos sepa defenderla de tantas palabras que prometen ilusiones; de aquellos que tienen una mirada ávida de vida fácil, de promesas que no se pueden cumplir. Que no nos roben la mirada de María, que está llena de ternura. Que nos da fuerza, que nos hace solidarios entre nosotros. Digamos todos: ¡Madre, danos tu mirada!

sábado, 28 de septiembre de 2013

El trágico final de Asunta



Marcos Sueiro | Santiago de Compostela
Asunta Basterra fue encontrada muerta en la madrugada del domingo. Su cuerpo apareció en una pista forestal en la parroquia de Montouto, en el ayuntamiento de Teo (A Coruña). A la 01.00, un grupo de jóvenes dio la voz de alarma y la Guardia Civil se presentó en lugar de los hechos.
El juez de guardia, José Antonio Vázquez Taín, hizo lo propio y ordenó levantar el cadáver sobre las 07.00, tras un reconocimiento minucioso. La policía judicial de la Guardia Civil continuó en el lugar de los hechos y se puso a recoger pruebas y encontró unas cuerdas con las que se ata hierba seca para el ganado. No lejos de allí aparecieron unos cigarros consumidos.
Autopsia preliminar
La autopsia preliminar dada a conocer la propia tarde noche del domingo pasado revela que la muerte no había sido fruto de una agresión sexual y que el cadáver presentaba signos de violencia menor. El transcurso de las horas facilita la identificación de su familia. Sus padres son el periodista Alfonso Basterra y la abogada Rosario Porto.
Asunta llegó a Santiago hace 12 años desde China con nueve meses y al seno de una familia de clase media acomodada. Su madre, recordando el momento, aseguraba en una cadena de televisión que "es para toda la vida", y animaba a todo el mundo a embarcarse en la aventura de la adopción.
Rosario y Alfonso, divorciados pero con una relación cordial, nombran a la periodista, Tareixa Navaza, portavoz de la familia y solicita respeto para "estos momentos de dolor".
Cremación y funeral
El martes 24 de septiembre tiene lugar la cremación de los restos mortales de la pequeña. El rito funerario se realiza en el cementerio de Boisaca y asisten sus padres. A pesar del carácter íntimo de la ceremonia, se congregan numerosas personas entre amigos y compañeros de instituto de la menor.
Finalizada la ceremonia, la policía judicial de la Guardia Civil detiene a Porto. Según la versión policial, las incongruencias y contradicciones de la madre llevan al juez a tomar la decisión de imputarla por un delito de homicidio.
Para sorpresa de los agentes, la madre relata que en el mes de julio sorprendió a un hombre intentando robar en casa. El presunto ladrón agarró a Asunta por el cuello tratando de asfixiarla y al ser sorprendido por ella, huyó. No denunció el hecho para no asustar a la pequeña.
La primera decisión judicial no afecta a Basterra, que permanece en libertad y asiste en solitario al funeral que se celebra esa misma noche en la iglesia de San Fernando de la capital gallega.
Detención del padre
Tras la detención de la madre, el juez toma la decisión el miércoles por la mañana de imputar al padre para garantizar su seguridad procesal, ya que va a participar en el reconocimiento de la vivienda de Porto en Teo. La exploración de la lujosa residencia concluye con la imputación de Basterra como presunto autor de un delito de homicidio. Tras finalizar el registro policial, la pareja es trasladada a los calabozos de la Guardia Civil en A Coruña.
Causa de la muerte
Los investigadores del caso ya conocen la causa de la muerte. Sus autores suministraron a la niña una fuerte dosis de medicamento para tranquilizarla. Los análisis forenses han determinado que la pequeña fue drogada con un represor del sistema nervioso central con propiedades sedantes. A continuación, fue maniatada con unas cuerdas y finalmente murió por asfixia.
Itinerario del crimen
Según los investigadores, Porto dejó a su hija en el domicilio de Santiago haciendo tareas escolares mientras acudió a media tarde a un polígono industrial de Santiago a realizar unas compras. A continuación se desplazó a Teo, lugar dónde se encuentra el cadáver de la niña, para regresar a su domicilio. Cuando entró en casa sobre las 21.30 horas, la niña no estaba.
Sin embargo, una cámara graba imágenes de Porto con su hija en un coche sobre las 20.15 y unos vecinos afirman haberla visto media hora más tarde. Asunta muere a las 21.00 horas. Una hora y media después sus padres denuncian su desaparición.
Ingreso en prisión
Tras prestar declaración en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago, Basterra y Porto, ingresan en prisión comunicada y sin fianza imputados por el fallecimiento de su hija.
Móvil del crimen
Los investigadores trabajan con varias hipótesis. La Guardia Civil ha confirmado a EL MUNDO.es que Asunta recibió bienes en vida de su abuelo a través de una donación.
Sus padres, según las mismas fuentes, atraviesan por dificultades económicas y podrían codiciar dichos bienes. Otra de las hipótesis es el estado psiquiátrico de la madre, que consume antidepresivos. Todas la líneas de investigación están abiertas.

El dolor es un reloj

La explicación del dolor, el porqué de la enfermedad, la incógnita del sufrimiento es una: el amor. 


El dolor es un reloj. Es algo lleno de ingenio que sirve para partir el tiempo en una enormidad de trozos pequeños, muy pequeños. Es algo realmente útil, porque con sus dos agujas divide las horas de alegría y las de abatimiento. El dolor puede ser muy perjudicial, si no se vive bien. El dolor es mágico, porque una hora puede transformarse en sesenta minutos de aflicción o en segundos de dicha. 

Examinemos algunos relojes que han dado la hora correctamente. Algunos, al inicio, se retrasaron. Pero después han funcionado con la fidelidad del cuarzo. No podría valorar el precio de estos quilates... 

Recuerdo el testimonio del doctor Vallejo-Nágera. Le habían diagnosticado una úlcera de duodeno. Le hicieron volver todos los lunes. Después de una revisión más profunda, le dijeron:-Tienes un cáncer de la cabeza del páncreas-. 
-¿Es operable?
-Por la metástasis en el hígado no lo juzgamos conveniente.
-¿Y quimioterapia?
-Lo hemos consultado y no hay ninguna adecuada.
¿Entonces?
-Esto puede durar unos meses... Podrás llevar una vida de cierta actividad en este tiempo.

Días después mandaron el expediente a Houston, para mayor tranquilidad. No había nada que hacer. Juan Antonio continúo su vida normal, pero en otra dimensión. Hacía menos cosas, pero mejor, con más gravedad. 

Un periodista y amigo suyo recogió el siguiente testimonio: "Religiosamente estaba un poco descuidado. Tenía una buena formación, pero con una práctica moderada. Y, sin embargo, sin ningún mérito por mi parte. Al oír eso del cáncer me vino instantáneamente una gran serenidad y pensé: Dios mío, muchas gracias, me has mantenido hasta los sesenta y tres años con una vida sumamente agradable; he tenido ocasión de situar a mis hijos; ya está casada la menor; no me queda nada importante en la vida por resolver y has hecho el favor de avisarme". 

Otro reloj. Es el caso de "Lolo". ¿Quién sabe si en unos años no lo invocaremos como San Lolo Garrido? Su historia es muy luminosa. A los 22 años, recién terminados sus estudios de magisterio, una enfermedad comenzó a paralizar su cuerpo. Sus días transcurrían en una silla de ruedas. Le entró una fiebre literaria: leía libros y devoraba artículos. Escribió. Cuando se le paralizó la mano derecha, aprendió a escribir con la izquierda. Al perder incluso la sensibilidad en ésta, pidió que la amarraran una pluma a su mano insensible con una cuerdita. Quería seguir escribiendo. Lolo no perdía el buen humor: "Señor, ahí tienes mi pila de revistas. Y si no te valen, que los ángeles las vendan como papel de envolver".

Luego la enfermedad le llegó a los ojos. Al quedar ciego, grababa sus libros. En los últimos 10 años de su vida publicó nueve libros. Su testimonio constituye un canto a la dignidad del dolor y del sufrimiento. Estoy seguro que estas palabras le acompañaron en la cabecera de su lecho de dolor e iluminaban más su alma que las miradas de los visitantes. Estas frases bien valen un marco o una estatua: "¡Señor, líbrame de esta tentación de apreciar el tiempo de la enfermedad como un período estéril y sin valor! Una vida de enfermo no es una vida fracasada. Aceptar mi enfermedad, ofreceros alegremente mi sufrimiento, esto no demanda más que un momento".

La silla de ruedas, la cama. El misterio de encontrarse con uno mismo. El dolor, la enfermedad valen no tanto por lo que quitan, sino por lo que dan.

El dolor es un misterio, como la misma vida de las personas. Nunca lograremos explicarnos totalmente a nosotros mismos, nunca nos comprenderemos. La explicación del dolor, el porqué de la enfermedad, la incógnita del sufrimiento no es una respuesta abstracta. Yo sólo encuentro una: el amor.

No cabe duda de que la enfermedad y el sufrimiento siguen siendo un límite y una prueba para la mente humana, algo así como un tapón para el corazón. Sin embargo, quienes lo han vivido han aumentado su estatura humana.

Todos sufrimos y de muy diversas maneras. La enfermedad y las dolencias se compran en cualquier rincón de nuestro mundo. Uno sufrirá un infarto, otro un cáncer. A alguna la nostalgia y el desaliento le enredarán entre sus telarañas. Los que sigamos, nos haremos viejos. Nos dolerá la espalda, perderemos la memoria... Pero la paz y la vida están seguros. Un Hombre ha roto la piedra del sepulcro y ha dado sentido a la vida. Desde ese momento se han sincronizado todos los "relojes".


Autor: Marcelino de Andrés y Juan Pablo Ledesma

viernes, 27 de septiembre de 2013

En el mundo… el dolor del hombre

Jesús, te quedaste en la Eucaristía, ahí precisamente porque sabías que en el mundo... hay dolor. ¡Vaya que si lo hay! 


Hoy hay sombras en la Capilla...quizá sea porque está atardeciendo...

Tu, Jesús, estás como siempre, silencioso en tu eterna espera....pero tienes el oído atento para todo el que llega, para todo el que te quiere decir algo....penas, anhelos, sueños, alegrías y tristezas....Tu corazón abierto está para quién a ti llega....y yo se que te quedaste ahí precisamente porque sabías que en el mundo... hay dolor. ¡Vaya que si lo hay!

En muchas ocasiones este dolor es provocado por el hombre mismo: terrorismo, rencores, odios, venganzas, ambiciones, ansias de poder con el juego sucio y mal intencionado que no se detiene ante nada y llega hasta el crimen... niños que desean vivir y nunca lo harán. Siembra de dolores que parecería no tener límites...

Pero también el hombre sufre por enfermedades incurables y por cataclismos de la naturaleza: terremotos, tifones, lluvias torrenciales que desbordan ríos y rompen presas, fuegos que empiezan por una chispa y se incrementan destruyendo todo lo que alcanza y esto podría ser una lista interminable de dolor y de muerte que constantemente vemos que hay sobre la tierra.

Y el hombre, todos nosotros, Señor, nos preguntamos ¿por qué?

Y esta es una pregunta difícil de contestar...

En silencio te miro Jesús, cierro los ojos y espero...

Pienso en este Planeta donde vivimos... él es como es....tiene nieves que se desploman y forman aludes, tiene lluvias que desbordan ríos, tienen vientos que por circunstancias atmosféricas se convierten en ciclones, tiene movimientos telúricos de acomodación de su corteza terrestre que a veces son sismos catastróficos y mortales, tiene volcanes que están activos y de hecho han llegado a hacer erupción destruyendo a ciudades enteras.

En ese vaivén de acontecimientos vivimos desde que apareció el hombre sobre el planeta Tierra y sabemos que nuestra existencia está sobre la fragilidad de lo que es hoy y mañana no. 

Pero para todos los sufrimientos hay una luz en el túnel negro y angustiante del dolor... y tu, mi Señor, me lo estás diciendo: Esa luz está en el misterio de tu Cruz. Tu Cruz permanecerá mientras el mundo gire. 

¿Podrías tu Señor, digamos justificarte ante la Historia del hombre, tan llena de sufrimientos, de otro modo que no fuera poniendo en el centro de esa "historia" TU CRUZ?

Tu, además de ser Omnipotente, infinitamente Sabio, infinitamente Justo, no eres el Absoluto y Poderoso que está "fuera del mundo" y al que por lo tanto le es indiferente el sufrimiento humano porque eres... AMOR.

Y por "ese " AMOR, te pones, en libre elección, al servicio de las criaturas.

Si en la historia de la humanidad está presente el sufrimiento, entiendo entonces por qué tu omnipotencia se manifestó con la omnipotencia de la humillación mediante la Cruz. 

Mi amado Jesús Sacramentado, El escándalo de tu Cruz - decía el Papa Juan Pablo II en su maravilloso libro "En el umbral de la esperanza"- sigue siendo la clave para la interpretación del GRAN MISTERIO DEL SUFRIMIENTO, que permanece de modo tan integral a la historia del hombre

Ya ha caído la noche. Yo te miro, Tu me miras.... siento la humedad de las lágrimas en los ojos cuando te digo: 

Gracias, Señor, por esa Cruz... por tu cruz, que nos redime y que nos da la fuerza para seguir...

¡AUNQUE EL DOLOR NOS ALCANCE!


Autor: Ma Esther De Ariño.

jueves, 26 de septiembre de 2013

La Guardia Civil quiere investigar la muerte de los abuelos de Asunta

  • El móvil económico gana fuerza en la investigación
  • A la Guardia Civil le consta que los padres estaban sin efectivo
  • Una prima del abuelo dice que estuvo con él el día antes de su fallecimiento
  • 'Estaba perfectamente pero al día siguiente murió', sostiene
  • El abuelo quería mucho a la niña y decidió dejarle todo', dice la prima
  • Rosario Porto declarará mañana ante el juez
Fernando Lázaro | Marcos Sueiro | Agencias | Madrid | Santiago

La investigación por la niña muerta el pasado fin de semana en los alrededores de Santiago se ramifica. El posible móvil del crimen, la herencia familiar de los padres de Rosario Porto, se apunta como la causa inmediata que propició el asesinato de la pequeña al ser la elegida por sus abuelos como la beneficiaria del caudal hereditario.
El móvil económico va ganando fuerza a medida que avanza la investigación, toda vez que a la Guardia Civil le consta que sus padres estaban sin efectivo con el que costearse su "alto nivel de vida" e intenta confirmar si la hija adoptiva de ambos era la heredera universal del importante patrimonio de los abuelos.
Así, según fuentes del Instituto Armado consultadas por Europa Press, la económica es la principal hipótesis con la que trabajan en este caso, a la espera de practicar la diligencia que ratifique que Asunta era la heredera universal -habría recibido todas sus propiedades y dinero salvo la legítima- del abogado compostelano Francisco Porto Mella y de la profesora universitaria María del Socorro Ortega Romero.
No obstante, la Guardia Civil investiga si esta misma razón planea sobre el fallecimiento de los abuelos de Asunta, ya que empieza a cuestionarse si la desaparición se debió a causas naturales.
Y desde la Benemérita interpretan que "la única salida" que sus padres habrían visto para hacerse con estos fondos pasaba por la desaparición de esta niña de origen chino de 12 años. "Pero tenía que aparecer el cuerpo", advierten, antes de resaltar que, de lo contrario, la herencia permanecería congelada durante años a la espera de confirmarse o no su fallecimiento.
Ésa es una de las explicaciones que encuentran los agentes a la rapidez con que se encontró el cadáver el pasado sábado, tan sólo tres horas después de que el periodista Alfonso Basterra y la abogada Rosario Porto acudieran a comisaría a presentar una denuncia por su desaparición.
Los abuelos
Ante la decisión de la Guardia Civil de indagar sobre las causas de la muerte de los padres de Rosario Porto también está el testimonio de los propios familiares.
Una mujer, Rosario Villaronga Porto, que se identificó como prima segunda de la madre, Rosario Porto, no ha dudado en señalar que Francisco Porto "murió repentinamente; al ver lo que hizo aquí tuvo que matarla ella".
Los padres de Rosario Porto fallecieron con menos de un año de diferencia. El 11 de diciembre de 2011 murió María del Socorro Ortega Romero, que había sido profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de Santiago. El 26 de julio del año siguiente feneció su marido, el abogado Francisco Porto Mella, a los 88 años.
Según Rosario Villaronga, la familia también piensa que hay un móvil económico tanto detrás de la muerte de Asunta Basterra como de la de su abuelo. "El abuelo quería mucho a la niña y decidió dejarle todo", ha asegurado.
'La mató, la mató'
La prima recordó que ella misma estuvo con el abuelo de la menor el día antes de su fallecimiento "y estaba perfectamente", pero "al día siguiente murió repentinamente". Villaronga no dudó en calificar ante los medios a Rosario Porto de "normal", para a continuación decir: "Debió darle un telele para hacer algo así". En todo caso, el convencimiento de la prima sobre la culpabilidad de Porto y Basterra es absoluto y no dudó en decir: "La mató, la mató".
Junto a la historia del crimen de Asunta empiezan a surgir numerosas dudas en los investigadores como en el propio entorno de Rosario Porto. Una de sus mejores amigas, de nombre Sara y que también adoptó una niña, comenta a su círculo más íntimo que "no me puedo creer lo que está ocurriendo".
Sara no entra a valorar el estado psíquico de Rosario, sobre el que abundan multitud de comentarios sobre los "problemas que ha tenido en los últimos tiempos". También, diversas fuentes aseguran que "la relación con su ex marido era muy buena y últimamente estaban muy bien y se les veía mucho juntos".
Las referencias al padre de los círculos periodísticos también son elogiosas. Sus compañeros de profesión de Santiago aseguran que era "un hombre afable, entregado a su trabajo y emprendedor". En un primer momento fueron muchos los que no dudaron en solicitar cautela al referirse a Basterra ya que "no se merece un trato injusto, ni que su curriculum se vea en los periódicos".
Entre tanto, se mantienen todas las vías de la investigación abiertas. La Policía Judicial de la Guardia Civil continúa con el registro de las propiedades de Rosario Porto y Alfonso Basterra, detenidos como presuntos autores de la muerte de la niña. La Guardia Civil ha reunido indicios suficientes para poder imputar un delito de "asesinato" en lugar de uno de "homicidio"
Los detenidos han sido conducidos esta mañana a sus domicilios en medio de una enorme expectación y de los reproches de los vecinos que no dejaron de increpar a los padres de Asunta.
Tras el registro de las viviendas situadas en el centro de Santiago, estaba previsto que el juez Vázquez Taín interrogara a las 16.00 horas a la imputada Rosario Porto en el juzgado, pero la declaración se ha pospuesto a mañana por la mañana ya que el juz quiere disponer del atestado policial para emitir la primera resolución judicial con la calificación de los delitos de los que se le acusa.

Dios camina con nosotros

Y esto la Iglesia Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son compañeros de camino, hacen la historia con nosotros. 
Autor: SS Francisco.


"Vamos alegres a la casa del Señor", 

El sacramento no es un rito mágico, sino el encuentro con Jesús que nos espera. Jesús nos espera siempre, esta es la humildad de Dios.

En la historia del Pueblo de Dios, hay "buenos momentos que dan alegría", y también momentos malos "de dolor, de martirio, de pecado"

Y sea en los momentos malos, como en los buenos tiempos, una cosa es siempre la misma: ¡el Señor está allí, nunca abandona a su pueblo! Porque el Señor, aquel día del pecado, del primer pecado, ha tomado una decisión, hizo una elección: hacer historia con su pueblo. Y Dios, que no tiene historia, porque es eterno, ha querido hacer historia, caminar cerca de su pueblo. Pero más aún: convertirse en uno de nosotros, y como uno de nosotros, caminar con nosotros, en Jesús. Y esto nos habla de la humildad de Dios.

He aquí, pues, que la grandeza de Dios, es su humildad: Ha querido caminar con su pueblo. Y cuando su pueblo se alejaba de Él por el pecado, con la idolatría", Él estaba allí" esperando. Y también Jesús, viene con esta actitud de humildad. Él quiere caminar con el pueblo de Dios, caminar con los pecadores; incluso caminar con los soberbios. El Señor, dijo, ha hecho mucho para ayudar a estos corazones soberbios de los fariseos.

Dios siempre está listo. 

Dios está a nuestro lado. 

Dios camina con nosotros, es humilde, siempre nos espera. Jesús siempre nos espera. Esta es la humildad de Dios. Y la Iglesia canta con alegría esta humildad de Dios que nos acompaña, como lo hacemos con el Salmo: Vamos alegres a la casa del Señor

Vamos con alegría porque Él nos acompaña, Él está con nosotros. Y el Señor Jesús, incluso en nuestra vida personal nos acompaña: con los sacramentos. El sacramento no es un ritual de magia: se trata de un encuentro con Jesucristo, nos encontramos con el Señor. Es Él quien está al lado de nosotros y nos acompaña".

Jesús se hace "compañero de camino". También el Espíritu Santo, nos acompaña y nos enseña todo lo que no sabemos, en el corazón y nos recuerda todo lo que Jesús nos enseñó. Y así nos hace sentir la belleza del buen camino.

Y esto la Iglesia Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son compañeros de camino, hacen la historia con nosotros.
lo celebra con gran alegría, incluso en la Eucaristía, donde se canta el amor tan grande de Dios que ha querido ser humilde, que ha querido ser compañero de viaje de todos nosotros, que ha querido también Él hacerse historia con nosotros.

Y si Él entró en nuestra Historia, entremos también nosotros un poco en la historia de Dios, o por lo menos pidámosle la gracia de dejar escribir nuestra historia por Él: que Él escriba nuestra historia. Es algo seguro.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

¿Otro «caso Bretón»?

A la izquierda, Rosario Porto Ortega, imputada por el asesinato de su hija, Asunta (derecha), de 12 años Atlas

Nacho Abad. 
Eran las 12:20 cuando un guardia civil alto y de ojos claros se acercó en el tanatorio a Rosario Porto, la madre de la niña, y le pidió en voz baja y educadamente que le acompañara un momento. Ella obedeció sin rechistar. Minutos después le leían sus derechos imputada por el asesinato de su hija y la trasladaban detenida a la Comandancia de La Coruña. Antes del viernes deberá pasar a disposición judicial. Nadie se dio cuenta de lo sucedido. Alfonso Basterra, el padre de la pequeña, lloraba desconsolado. Sentado en una silla escondía el rostro entre las manos, solo, sin que nadie le abrazara. Pronto las amigas empezaron a echar de menos a Rosario. «¿La has visto? ¿Dónde se ha metido?», se preguntaban unas a otras mientras la buscaban, inquietas, en los pasillos del tanatorio. Un buen rato después, una mujer recordó haberla visto irse acompañada de un hombre alto. No tardaron en atar cabos. Era el cabo de policía judicial de la Guardia Civil.
Los amigos de la pareja no eran ajenos al persistente foco que desde el primer momento iluminaba a la madre de Asunta. Las sospechas se cernieron sobre ella el mismo día que acompañada de su ex marido presentó la denuncia por la desaparición. Su testimonio resultaba cuando menos extraño a los ojos de los investigadores. «Sobre las 19:00 dejé a mi hija en casa y me fui a hacer unas gestiones. Ella estaba haciendo las tareas escolares. Cerré la puerta, pero no eché la llave por fuera», comenzó a narrar la madre. Según la portavoz de la familia, Teresa Navaza, Rosario fue a casa de los abuelos a recoger unos bañadores de la niña y a hacer unas compras a un supermercado del centro de Santiago. Habían quedado en que al día siguiente, y a pesar de estar separados, los tres, padre, madre e hija, iban a pasar el día en la playa.
«Sobre las 21:30 regresé a casa. La puerta estaba cerrada con llave y la alarma conectada. No había ningún tipo de desorden. Pensé que se habría ido a casa de su padre, que vive a 25 metros de allí. Muchas veces lo hace porque se lleva muy bien con Alfonso», puntualizó la madre. «Llamé a mi ex marido, pero él me dijo que no estaba con él. Empezamos a telefonear a amigos y conocidos, pero nadie sabía nada». La ausencia de noticias hizo que la madre se mostrara convencida de que algo debía de haberle pasado a Asunta, apoyada en el hecho de que su hija no daba problemas y nunca se había fugado de casa.
La sorpresa del agente que le tomaba la denuncia llegó cuando Rosario hizo el siguiente relato: «Lo único extraño que ha sucedido en mi casa es que, a mediados del mes de julio, al llegar a casa me dejé por descuido las llaves puestas por fuera. Sobre las 02:30 de la madrugada escuché a mi hija gritar. Me levanté y vi a un hombre, de aproximadamente 1,60 de estatura, complexión fuerte, vestido con ropa oscura. Llevaba guantes de látex en las manos. Huyó por el pasillo. Lo intenté agarrar, pero se escapó. Si no presenté denuncia fue porque no quise causarle ningún tipo de trauma a mi hija», explicó en la Comisaría de Santiago de Compostela. Horas después, aparecía el cadáver de Asunta.
En muy poca tiempo, los agentes de la Guardia Civil han tenido que hacer cientos de gestiones. Desde la toma de declaraciones a todo el entorno de la víctima a solicitar las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona en la que viven los padres y de los trayectos que dicen haber realizado aquel día. Algunos datos todavía no los han recibido, como los posicionamientos de los teléfonos móviles, pero el lunes por la tarde-noche, el juez encargado del caso se reunió durante tres horas con los investigadores para escuchar cómo iban las pesquisas. En ese encuentro se decidió la detención. Todo apunta a que los agentes cuentan con imágenes de al menos una cámara de seguridad en la que se ve a Asunta en el coche de su madre en un horario que contradicen el testimonio que la madre prestó en comisaria. Y no es de extrañar, porque según afirman los investigadores, «Santiago es como un plató de cine. Hay cámaras por todos lados». De hecho, en la tarde de ayer, agentes de paisano todavía recorrían comercios pidiendo imágenes a los encargados.
Además, el registro realizado en una finca, heredada por Rosario de sus padres, ha sido determinante. Allí podrían haberse encontrado indicios que sustentaran la detención. ¿Pudo ser éste el lugar del crimen? Sin embargo, a las pesquisas policiales todavía les queda un largo recorrido. ¿Dónde murió Asunta? Si la madre está detrás de la muerte de su propia hija, ¿tuvo ayuda o lo hizo sola? ¿A qué hora trasladó el cuerpo al lugar donde lo encontraron? Y la incógnita más importante para la opinión pública, ¿por qué? Desde un punto de vista penal, no tiene casi importancia. Lo relevante es si hay pruebas que demuestren la culpabilidad del acusado. Nada más. Pero la sociedad necesita comprender qué pudo llevar al asesino a cometer semejante atrocidad. Y ya muchos comentan las a priori similitudes con un caso reciente de nuestra historia criminal, menor muerta, finca, cámaras de seguridad...
Enlace articulo original: http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/3716148/sociedad/otro-caso-breton#.UkJ6h6ebuM8

Dios, farolas y estrellas

Dios es mucho más potente que las estrellas, que las farolas, que las músicas o que las pantallas de nuestro mundo inquieto y confuso.


Una farola humilde, pequeña, luminosa. Las estrellas no pueden competir con ella. ¿Por qué? Porque la luz cercana es capaz de eclipsar astros potentes que envían inmensos rayos de luz desde muy lejos, a muchos millones de kilómetros de distancia.

Así ocurre también con la luz de Dios si la convertimos en algo lejano, casi invisible. Preferimos una farola cercana a ese rayo de esperanza que vino al mundo para iluminar a cada hombre. Preferimos un juego, un placer, un rato de sueño, un libro apasionante, mientras no tenemos tiempo para escuchar la voz de un Padre que habla en lo más íntimo de cada conciencia.

¿Por qué hemos dejado que Dios se "eclipse" ante tantas farolas de la vida moderna? ¿Por qué no permitimos que su luz llegue a nuestros corazones? ¿Por qué no lo escuchamos en su Hijo Jesucristo?

Para ver estrellas maravillosas hay que alejarse de aquellas farolas que impiden ver las hermosuras de nuestro cielo. Para escuchar a Dios hemos de apartarnos de hábitos de pecado, de apegos a bienes materiales o espirituales, para lanzarnos a la aventura de la escucha de la Palabra.

Dios es mucho más potente que las estrellas, que las farolas, que las músicas o que las pantallas de nuestro mundo inquieto y confuso. Si damos un paso decidido hacia espacios nuevos, dejaremos que la Luz brille en los corazones. Entonces sentiremos, en lo más íntimo del alma, una seguridad inigualable: la que nace cuando descubrimos, por vivir en la Luz, que somos amados por un Padre bueno.


Autor: P. Fernando Pascual LC.

martes, 24 de septiembre de 2013

Lapuerta no declarará ante Ruz por sufrir 'secuelas neuropsíquicas'


GACETA.ES/AGENCIAS

Tras un estudio médico, los forenses de la Audiencia Nacional han determinado que Lapuerta no está en condiciones de declarar.
Los forenses de la Audiencia Nacional han determinado que el ex tesorero del PP, Alvaro Lapuerta, no se encuentra en condiciones de declarar debido a las "secuelas neuropsíquicas". Así lo asegura el informe remitiro al juez Pablo Ruz, quien había solicitado que se le realizase un examen médico para saber si podía llamarlo a declarar.
Los especialistas examinaron el pasado 13 de septiembre al extesorero para certificar si reunía el estado de salud necesario para afrontar una nueva declaración en la pieza separada del 'caso Gürtel' en la que se investiga la contabilidad B de la formación.
Pablo Ruz, ordenaba esta diligencia después de que el director del Instituto de Medicina Legal de la Audiencia Nacional y otro especialista médico aseguraran en un análisis realizado el pasado mes de julio que el exdirigente del PP, de 86 años de edad, no reunía "las condiciones óptimas necesarias para realizar una declaración judicial compleja".
Tras recibir ese informe, Ruz renunció a citar a declarar como imputado a Lapuerta pero acordó que se le realizara un nuevo informe médico a partir del 1 de septiembre para valorar "la existencia o no de mejora clínica".
En coma tras 'dos extrañas caídas'
El imputado estuvo 14 días en coma y quedó "impedido" tras sufrir lo que sus hijos definieron en un comunicado como "dos extrañas caídas" en la puerta de su domicilio.
Lapuerta declaró ante el juez el pasado 21 de marzo y negó la existencia de una contabilidad B en el partido, además de afirmar que jamás había visto ningún papel que los sustentara (en alusión a los supuestos 'Papeles de Bárcenas'. 
Durante su comparecencia ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, mantuvo la misma versión que ofreció en otra declaración anterior, prestada en febrero ante el fiscal Anticorrupción Antonio Romeral e insistió en que la financiación del partido en el Gobierno cumple la ley y no existen unas cuentas en negro.

¡Se perdieron mis llaves!

Alguien confía en nosotros, como nosotros confiamos en otras personas ¿Qué uso le damos a esta llave de la amistad?



"Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Verdad manifiesta cuando se extravían las llaves. No nos interesamos por esos pedazos de metal dorado o plateado, sino hasta que nos damos cuenta de que los hemos perdido. Cuando las tenemos abrimos mecánicamente puertas, coches, vitrinas, armarios, cajones, cajas fuertes y demás cosas que estimamos.

Nos duele perder las llaves porque sin ellas se obstaculiza nuestro acceso a algo que es "de nuestra propiedad". La llave ha llegado a ser un signo de aquello que encierra. "La llave de mi casa, de mi coche, de mi oficina".

En la antigüedad confiar las llaves era el símbolo de delegar una autoridad, un signo de compromiso, una muestra de confianza, un gesto de responsabilidad. El siervo que recibía las llaves del amo era el de máxima confianza, el de mayor virtud y fidelidad. 

Luego surgió el término de "amo de llaves" (si bien su forma más empleada es la femenina), para designar al hombre que disponía de los bienes de la casa según su prudente juicio, algo así como nuestro actual "administrador". Para conocer el rango o importancia de uno de estos sujetos bastaba echar una mirada a la cantidad de llaves que cargaban y la clase de puertas que abrían. Muchas llaves o llaves grandes: gran responsabilidad.

Qué duda cabe que en la amistad sucede algo parecido. Sin recurrir a formas poéticas muy elaboradas, podemos afirmar con sencillez que en un amigo (esa otra mitad de nuestra alma) hemos depositado la llave de nuestro corazón. Nadie nos conoce mejor que un amigo, en nadie se confía más que en un amigo. Nadie está más pronto a escucharnos y darnos consejo. "La pena que se comparte con un amigo es un descanso", decían los persas. 

Pero nosotros no sólo tenemos amigos: también somos amigos de otras personas, ¿qué uso le damos a esta llave? Alguien confía en nosotros, como nosotros confiamos en otras personas. Puede angustiarnos mucho haber extraviado una llave importante. Es una pena mayor llenar de herrumbre el corazón oxidando una amistad.
Autor: P. Vicente Yanes.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Mateo, de publicano a santo

El cobrador de impuestos, no calcula las consecuencias, no regatea. Deja absolutamente todo y comienza una nueva vida al lado de Cristo. 


Mateo, el publicano, tuvo la gran suerte de encontrarse con Cristo y así su vida experimentó un gran cambio hasta convertirse en el gran apóstol y evangelista que conocemos. Experimentó sin duda la angustia y la tristeza del pecado desde su condición de publicano, pero después fue valiente y decidido a la hora de abandonar aquella vida para ponerse de rodillas ante la verdad de Dios que quería su corazón plenamente. Así se operó la conversión: de publicano a santo.

Al pasar vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: "Sígueme" (Mt 9, 9). La misión de Cristo fue siempre la de salvar al hombre de la esclavitud del mal. Parece que siempre está comprometido en esta lucha. 

Cristo siempre pasa, y siempre se encuentra con alguien: con Zaqueo, con la Samaritana, con la pecadora pública. Al pasar se encuentra con Mateo, un publicano, un ser señalado por los judíos que se creían buenos, un hombre de mala reputación, un pecador. Cristo se dirige a él y le ofrece otro camino: cambiar la mesa de los impuestos por una vida de entrega generosa y desinteresada a los demás, cambiar la vida de pecado por una vida de amistad con Dios, cambiar en definitiva el corazón. Una auténtica conversión. Él acepta esta invitación, porque la mirada de aquel hombre le había hecho comprender su pobreza interior, la pobreza que siempre conlleva el pecado.

"Él se levantó y le siguió" (Mt 9,9). Admira la prontitud con que Mateo abandona su vida de pecado para abrazar el amor de Dios. No hace consideraciones, no calcula las consecuencias, no regatea a Cristo. Deja absolutamente todo y comienza una nueva vida al lado de Cristo. Realiza dos gestos, sintetizados en dos palabras: "Se levantó", como si se dijera que abandona aquella mesa, símbolo de su vida pasada y de su pecado; y es que para salir del pecado siempre hay que abandonar algo propio, personal. Y "le siguió", es decir, abrazó una nueva vida, una vida junto a Dios, una vida centrada en otros valores, una vida nueva en Cristo. No fue sin duda fácil para Mateo esta decisión, pero bien valía la pena probar otro camino distinto de aquel que se había convertido para él en tantos momentos de dolor, de angustia y de remordimiento.

"No he venido a llamar a justos sino a pecadores" (Mt 9,13). Jesús aceptó la invitación de Mateo a comer en su casa, casa que se llenó enseguida de publicanos y pecadores. Los fariseos preguntaron a los discípulos por qué comía su Maestro con publicanos y pecadores. Pero fue Jesús el que les respondió: "No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. Id, pues, a aprender lo que significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio" (Mt 9, 10-13). 

Es maravilloso el comprender cómo el Corazón de Dios busca la oveja perdida y cómo se llena de alegría verdadera y profunda cuando la encuentra. Por eso se enfrenta con estas palabras tan consoladoras a aquellos fariseos que se extrañaban de que el Maestro se sentara a la mesa con los pecadores. No sabían aquellos hombres que Cristo había venido a salvar precisamente a aquellos que ellos despreciaban y, más aún, ignoraban los fariseos que tal vez era más fácil sacar del abismo del mal a personas que se aceptaban pecadoras que a ellos mismos que se consideraban justos.


Autor: P. Juan J. Ferrán.