jueves, 28 de noviembre de 2013

Un ex alto cargo de UGT denuncia pagos en dinero negro en el sindicato

El secretario general, Cándido Méndez, ayer durante la Comité Confederal Ordinario celebrado en Madrid
A la querella presentada en la Audiencia Nacional por Manos Limpias por la supuesta financiación irregular de UGT a través de los cursos de formación –pendiente de que la Fiscalía se pronuncie al respecto– se le sumará en los próximos días, previsiblemente, otra denuncia por supuestos pagos en dinero negro en el sindicato. Desde que interpusiera la querella, Manos Limpias ha recibido varias denuncias sobre presuntas irregularidades en el seno de la central sindical, en algunos casos sobre pagos en dinero negro. Con esta información en la mano, la intención del sindicato que preside Miguel Bernad es ampliar la denuncia en la Audiencia Nacional para que el tribunal investigue también este asunto.
Entre las denuncias que han llegado hasta el sindicato figura la de un ex alto cargo de UGT en Cataluña, quien asegura que los responsables de la Federación de Servicios de UGT en la comunidad autónoma le ofrecieron en 2012 pagarle en dinero negro por cada delegado sindical que consiguiera para UGT en empresas donde no hubiera representación sindical o su sindicato no estuviera representado. Fuentes de UGT declinaron ayer valorar los supuestos pagos en negro hasta que no conozcan los pormenores de la denuncia.
En el escrito remitido a Manos Limpias –al que ha tenido acceso LA RAZÓN– el ex alto cargo de UGT incorpora también otra denuncia que le habría hecho llegar otro ex responsable del sindicato en la que se desgranan diversos pagos en dinero «B» a empleados y diversos cargos de UGT en la citada federación del sindicato.
Entre otras cosas, se hace referencia a una recepcionista que cobraba «600 euros en sobre» por mantener informado a un alto cargo «de todo lo que pasa en la federación». Igualmente, se denuncia que «el contable es un jubilado que cobra en dinero negro 1.200 euros» mientras «la UGT de Cataluña está haciendo un ERE para despedir a sus trabajadores». Incluso se queja de «falta de democracia interna en la organización», añadiendo que «todos» los delegados en el último congreso de la citada federación «se han escogido a dedo».
«Los pagos en dinero negro eran vox populi en UGT», asegura a este periódico el ex alto cargo del sindicato que se ha puesto en contacto con Manos Limpias –y que prefiere mantenerse en el anonimato por temor a represalias– para denunciar los referidos hechos al sentirse «totalmente desprotegido».
«Como vieron que, en mi cometido, me desenvolvía bien con los trabajadores me ofrecieron pagarme entre 100 y 150 euros por cada delegado sindical que consiguiera para UGT. Pregunté cómo se haría efectivo ese pago y me lo entregarían en un sobre en mano. Me negué y empezaron los problemas y mi distanciamiento con el sindicato», recuerda. También saca a colación el caso de una ex delegada sindical «a la que habían echado de su empresa y a la que el sindicato le pagaba 500 euros en dinero negro al mes por no hacer nada mientras cobraba el subsidio de desempleo».
«Las notas de gastos internas –añade– se inflaban habitualmente con facturas de comida de personas ajenas al sindicato. A mí mismo me dijeron que metiera un gasto fijo de 80 euros al mes en móvil y otros 50 en transporte para que el sindicato se hiciera cargo de esos montantes, aunque yo no llegaba ni de lejos a ese gasto mensual».
Votos teledirigidos
El ex dirigente de UGT admite que él mismo votó a favor del último convenio marco de negociación colectiva del sector bancario sin conocer su contenido ni consultar a los trabajadores que representaba, «porque así me lo dijeron los dirigentes de UGT en Cataluña y, aunque en un principio me negué, terminé votando a favor del convenio después de que me recordaran que eran ellos los que me habían puesto en el cargo, aunque yo no había pedido nada».
En su querella ante la Audiencia Nacional, Manos Limpias denuncia al secretario general de UGT, Cándido Méndez; a su tesorero, Antonio Retamino, y a los responsables del Instituto para la Formación y Estudios Sociales (IFES) y de dos empresas filiales, Localmur y Formación 2020, por falsedad en documento mercantil, estafa, malversación de caudales públicos, apropiación indebida y delito contra la Hacienda Pública. De la denuncia se hizo cargo el juez Santiago Pedraz, quien dio traslado de la misma a la Fiscalía para que determine si ve indicios de delito y si, en ese caso, la Audiencia Nacional sería competente para investigar los hechos. Según el magistrado, éstos «presentan características que hacen presumir la posible existencia de una infracción penal».
En esa denuncia, Manos Limpias asegura que el sindicato «ha convertido los cursos de formación en un superbote» y señala la existencia de «un entramado societario opaco» entre UGT y el Instituto para la Formación y Estudios Sociales y las filiales citadas –que califica de «ingeniería financiera»– del que se habría servido la central sindical «para quedarse con las ayudas» que recibe para impartir los cursos de formación. Según el escrito, UGT «manipuló los concursos para quedarse con las ayudas», pidiendo a empresas amigas que presentasen «ofertas más altas» para que el IFES se quedase con esos cursos.


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