viernes, 23 de mayo de 2014

La Guardia Civil intercepta los cadáveres de la Complutense

El camión que trasladó los cubos interceptados por la Guardia Civil. BERNARDO DÍAZ
QUICO ALSEDO / PABLO HERRAIZ  >  Madrid
  

Paralizados y en el juzgado de guardia. El Seprona de la Guardia Civil interceptó ayer el cargamento de cadáveres troceados que salió irregularmente de la Facultad de Medicina el pasado miércoles. Además ha notificado al juzgado un posible delito de falsedad documental cometido por la Complutense. Este periódico ya informó ayer de que a primera hora se habían trasladado unos contenedores con restos de los cuerpos que se hacinaban en el departamento de Anatomía II, precintado un día antes por la Inspección de Trabajo.
La entrada de la Guardia Civil en el caso se produjo a raíz de los contenedores sacados el miércoles de Anatomía II, violando así el precinto del Ministerio de Empleo.
Un camión de FCC, la empresa que tiene la contrata de recogida de residuos peligrosos en la Complutense, se llevó hacia las nueve de la mañana 26 cubos azules de 60 litros de capacidad cada uno, ya precintados en la propia facultad, a una nave industrial de Arganda.
En ese recinto situado en la calle Río Ebro del polígono industrial Finanzauto de Arganda, está una de las sedes de la empresa Consenur, quizá la mayor compañía de gestión de residuos químicos y biológicos de España. Esta empresa recibió los cubos, que iban a ser tratados conforme a los residuos denominados como de «clase 6». Estos son los llamados residuos citotóxicos, es decir, los que pueden ser portadores de enfermedades infectocontagiosas.
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, ante la sospecha de que en esos cubos había restos humanos, que no deberían haber sido gestionados como residuos de clase 6, detuvo el cargamento en la misma nave de Arganda, antes de que partiera hacia Tarragona, donde en principio Consenur iba a trasladarlo para incinerar los cubos, según fuentes de Interior.
Incineración directa
Ese tratamiento consistía en la incineración directa, que es lo que se debe hacer legalmente con los residuos de clase 6, pero los agentes paralizaron el cargamento y pasaron un escáner de rayos X para comprobar el contenido de los cubos. En 14 de ellos se encontraron restos humanos. Como los recipientes van precintados y contienen un material potencialmente peligroso para la salud, no podían abrirlos, así que optaron por los rayos X, y los encargados de manejarlo fueron los agentes del Gedex, grupo de desactivación de explosivos de la Guardia Civil.
Los agentes también inspeccionaron la sede de FCC en la que estánlos camiones que transportan estos residuos. Pidieron toda la documentación del vehículo que trasladó los cubos y se marcharon, pues en principio todo era correcto.
Después de la inspección en la nave de Arganda, los agentes dieron orden de no tocar esos cubos, por lo que han quedado precintados. Además, han dado cuenta al juzgado que estaba de guardia en Arganda del Rey por un presunto delito de falsedad documental cometido por la universidad. El problema es que la documentación de los cubos sólo decía que allí había residuos de clase 6, pero los cadáveres no se pueden considerar como residuos.
Desde que se publicó el pasado lunes lo que estaba ocurriendo en el departamento de Anatomía II de la Complutense se han sucedido los hechos de manera vertiginosa: el director del departamento, Ramón Mérida, ha sido obligado a dimitir; la Inspección de Trabajo clausuró el sótano de los horrores; el miércoles se violó ese precinto para sacar los cubos con restos humanos que tuvieron que trocear los propios trabajadores del departamento; y finalmente, la Guardia Civil ha abierto una investigación y ha dado cuenta al juzgado. Además, la Complutense ha abierto un expediente disciplinario al catedrático Ramón Mérida por saltarse ese precinto.

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