Autor: Jose Maria Murillo Garcia
Quería dejar pasar unos días, para quitarnos
de nuestra mente, los montones de pancartas, panfletos, banderas, banderolas, y banderitas, con señoras o niñas
tras ellas, las mas de las veces, imitando a los siux con sus pintadas, en las
bonitas o algo menos, caras femeninas, en esos grupos, que fácil es vociferar,
ya sea la ministra o la portera del edificio de enfrente, (como lo hacemos todas)
el caso es hacerte sentir, que te vean vociferar, por lo tanto si es con
megáfono tanto mejor.
Pero, estas personas, todas las que se
manifestaron, ¿pedían algo en común, o era simplemente decir que yo también
cuento?
Una vez
conseguido olvidar esto, creo que es bueno y recomendable tratar de hacer una
reflexión sobre la mujer y su situación actual, lo femenino y la situación de
la mujer en la sociedad.
En ninguno de los panfletos que
mencionaba anteriormente, he visto que
alguno se refiera a la mujer, como principio de vida, como la autentica hacedora
de hombres, ¿no es esto lo más bonito, lo más grande en la mujer?
La mujer-madre, no engendra por violencia, lo
hace por amor, por sentirse cercana a la persona que quiere, porque necesita
que algo en común, algo de los dos tenga vida, ese nuevo ser, será donde se
pongan los mejores deseos, y en esa conjunción, habremos creado la Familia.
La mujer ha llevado nueve mese con ella ese
proyecto de vida, la diferencia de cualquier otro mamífero es enorme, un
becerro se pone empie al momento de nacer, al hombre recién nacido, hay que enseñarlo a
alimentarse, es totalmente dependiente de los cuidados de la madre, hay que
interpretar los llantos, hay que enseñarlo a hablar a andar, estos cuidados son
exclusivos de la madre, por mucho que el hombre trate de ayudar, no será nada
más que eso, una ayuda, con más o menos ganas, pero nunca con la ternura y
acierto que lo hará la madre.
En los primeros años, su educación cercana a
la madre, o directamente de ella, será la que mejor capacite al niño, y lo
prepare para ser independiente, y por lo
tanto dispuesto a aprender lo necesario para afrontar el comienzo de su vida
social. Efectivamente, la mujer ha tenido que tener el mayor conocimiento en el
cuidado del niño, y quizás esto es lo que la ha hecho situarse en un plano que
no es el que hoy la sociedad les demanda. La culpa no es suya, pero la sociedad
en el transcurso de los años, así la situó, es lógico que hoy demande estar
socialmente en igualdad con el hombre, lo que no quita para que lo más grande
en ella, siga siendo ser madre. Es perfectamente admisible que la mujer pueda
llegar tanto en el plano profesional como político, al mismo nivel que lo pueda
hacer el hombre, pero una cosa es igualarse en las estructuras sociales y otra
muy distinta las soflamas que hemos visto estos días.
Nunca estará en igualdad total con el hombre,
es diferente ya que la posibilidad de dar vida, la tiene ella.
Tendremos que entre hombre y mujer, o entre
mujer y hombre, buscar la manera de que cada uno mantenga sus diferencias,
biológicamente enormes, pero que en el plano social, laboral etc. la igualdad
sea total.
Y no creo que la solución, sea enseñar al niño
a jugar con las muñecas, que jueguen con lo que quieran, pistolas, balones o
muñecos, lo que tendremos que hacer es educar en el respeto a la persona.
Por todo esto, estoy en total desacuerdo con
alguna de las ultimas pintadas que estos días hemos visto, en las que la mujer
despreciaba o decía “ni marido”.
Si hoy pueden hacer esas pintadas, está claro
que una mujer anterior a ellas, vivió con un marido.
A la naturaleza, le llamamos “La Madre
Naturaleza” porque efectivamente da vida, por eso queremos respetarla y
protegerla, sentirnos cerca de ella nos alegra, nos hace disfrutar de su
belleza, por lo tanto ¿no debemos hacer igual con la mujer?.
Sin megáfono en la mano, con el recordatorio
de tu niñez o de la asistencia al parto de tus hijos, no creo que sea difícil
comprender que la mujer es además de diferente, superior al hombre, iguales
nunca.
Badajoz, 15 de marzo del 2019