martes, 6 de diciembre de 2016

EL VERDADERO ESPIRITU DE LA NAVIDAD


En la Navidad se ha generado un espíritu que intenta alejar al hombre de Dios, precisamente en la época en que celebramos su acercamiento al hombre. Dios se allega al hombre y éste genera espíritu festivo que lo aleja de su creador, lo que es absolutamente triste. Por eso nosotros los cristianos, estamos preparándonos para celebrar el verdadero espíritu de la Navidad. Hoy aprenderemos qué significa realmente la Navidad.

LA NAVIDAD ES…

¿Qué es la Navidad? No es un arbolito con luces, pelotitas y otros adornos. No sabemos cuando apareció el árbol de Navidad; aunque es un arbolito lindo, que nos pone contentos porque tiene luces, ¡no tiene nada que ver con Jesús! Es un aditamento posterior dentro de la historia de la Navidad, por tanto, no sufras si no tienes un arbolito. No digo que esté mal tener uno, pero no te hagas problema si no lo tienes, porque es un agregado posterior a la festividad. Hay quienes dicen que tiene origen en fiestas paganas, eso no se ha podido corroborar, pero no debemos temer por ello, porque todo lo hacemos por fe y afirma la Biblia que todo lo que no proviene de fe, es pecado (Romanos 14:22). Si te alegra tener un arbolito de Navidad en tu casa y no tienes temores ni dudas, aunque tenga un origen pagano, no te hagas problema. Pero si entras en algún conflicto por el origen pagano del mismo, puedes quemar el arbolito sin ningún inconveniente, ¡porque no afecta la Navidad!
El verdadero espíritu de la Navidad no tiene que ver con el arbolito ni con Papá Noel; no se sabe exactamente cuándo surgió ese personaje… en algún momento de la humanidad apareció una figura muy buena que daba regalos a los niños, y no está mal darle regalos a los niños, es más, a mi me gustaría ser niño para que me los den, pero ese personaje está usurpando el lugar de Jesús, el verdadero motivo de la Navidad. En ninguna propaganda de la televisión aparece Jesús, ¿por qué? Porque hay un espíritu profano que se mueve en esta fiesta. No obstante, no te hagas problema si tienes un papá Noel en tu casa, lo importante es que conozcas y celebres el verdadero espíritu de la Navidad. Si Dios hubiera querido que existiese, lo hubiese puesto en la Biblia, pero lo verdaderamente importante que conmemoramos en esa fecha, es lo que Dios trajo al mundo. El humanismo secular, en su deseo de eliminar a Dios de estas fiestas, ha ido introduciendo cosas anexas, como por ejemplo, a “papá Noel”. Pero si él falta en las fiestas, no te hagas problema, ¡no te falta absolutamente nada que tenga que ver con el espíritu de la Navidad! Asimismo, si te falta un trineo, si escasea la nieve en tu casa, no te pongas a llorar, no te preocupes porque el trineo no tiene nada que ver con la Navidad, ni tampoco los renos, porque si les sacas el papá Noel, el arbolito y los trineos a la Navidad, no has perdido absolutamente nada que tenga que ver con la misma. Muchas cosas se han ido agregando con el tiempo, entre ellas, el pan dulce. ¿Creías que cuando Cristo vino a Belén apareció la fórmula del pan dulce? No, de ninguna manera; si no tienes pan dulce, no creas que se está arruinando tu Navidad porque tampoco el pan dulce tiene nada que ver con el verdadero espíritu de la celebración. ¡Cuántas cosas hay que no tienen nada que ver con la Navidad! Entonces dirás, ¿no puedo comer pan dulce? ¿No puedo tener un reno o un trineo? ¡Sí! Tú puedes tener todo lo que quieras, pero es necesario que no pierdas el verdadero espíritu de la Navidad, por poner tu mirada y tu corazón, en cosas que no hacen la esencia de ella. Jesús vino con el objetivo de instaurar el reino de los cielos en la tierra, y en Navidad celebramos su llegada, la venida del Salvador al planeta tierra, y dice la Biblia que el reino de los cielos no es comida ni es bebida (Romanos 14:17). Y, ¿cuál es la época del año en que más se come y más se bebe? ¡En la época de la Navidad! Pero el reino de Dios no es comida, ni es bebida, por tanto, algo anda mal. Quizás digas: “pastor, ¿no quiere que comamos en la Navidad? ¡Si, yo quiero que comas! Pero lo que no quiero es que pierdas el verdadero espíritu de la Navidad, porque si comes y bebes demasiado, te has de apartar del propósito del reino de los cielos. Yo aún siendo cristiano y habiendo nacido en un hogar cristiano, la fiesta en la que más comía, era durante la Navidad y el año nuevo, de modo que cuando llegaban estas fiestas, en casa abundaban toda clase de comidas, no faltaba el pollo, las ensaladas de todas clases y las bebidas y los turrones… éstos, para el común de la gente, son un ingrediente indispensable de la Navidad. No verás turrones durante el año, pero sí en Navidad y año nuevo, aunque tiene muchas calorías y debería comérselo en invierno. Hemos adoptado las costumbres navideñas de los países del hemisferio norte, donde por el frío, están obligados a alimentarse de cosas fuertes, por ejemplo, chocolates, turrones, avellanas, nueces, etc, y nosotros, con 30 grados de temperatura, adoptamos sus costumbres y estamos con los cuadros llenos de nieve, con trineos, con un papá Noel bien abrigadito, la nieve en nuestro arbolito de Navidad, ¡y con turrones!… ¿por qué? Porque hemos copiado el marketing del hemisferio del norte y también creemos que si adoptamos esas cosas, estamos más metidos en el espíritu navideño. No obstante, si te faltan turrones o algunas otras cosas, no te hagas ningún problema, todo esto que hemos mencionado no es Navidad.
Todas estas cosas son agregados a la celebración de la Navidad pero nada de esto hace a la esencia o al espíritu de ella, pero hay algo que no puede faltar en Navidad, y es el Espíritu Santo, Jesucristo y la adoración al Dios que te amó y descendió del cielo para salvar a la humanidad de su pecado y por tanto, de la condenación del infierno. ¡Que no falte la salvación en tu casa! ¡Que no falte el perdón de los pecados en tu casa! ¡Que no falte el Rey en tu hogar! Me gozo cada año de conocer cientos de personas que vivirán su primer Navidad con Jesucristo en la mesa; en nuestro centro de rehabilitación “Beraca Villa García”, tenemos un lindo grupo de chicos que por primera vez van a festejar su Navidad sin emborracharse, sin drogarse, por primera vez van a darle la gloria al rey y Señor de la Navidad. ¡Aleluya! ¿Falta Cristo en tu mesa de Navidad? ¿Falta la paz y el gozo de Dios en tu casa para la Navidad? ¡Que triste decirlo! Pero hay tantas casas en donde no falta la cerveza, ni la sidra o el whisky, no falta ningún manjar, no falta el arbolito ni los regalos, no falta el papa Noel, pero no tienen al Rey de Reyes en sus corazones. ¡Que no te falte Cristo! Navidad es una irrupción del cielo en la tierra, es una abertura en el cielo a través de la cual el Dios de los cielos descendió a la tierra. Navidad es un hito, un mojón clavado en la historia de la humanidad, que jamás el humanismo secular podrá borrar por más esfuerzo que haga. ¡No es posible borrar de la historia, la Navidad, no es posible borrar el antes y el después de Cristo!
¿Qué tiene de malo el arbolito y las demás cosas? Que son invención humana, pero la Navidad no tiene nada que ver con creación alguna del hombre, sino con los planes de Dios para con el hombre. Se dice que la Navidad es una fiesta de la familia, porque el estado laico, secular, haciendo honor a la separación de la iglesia y el Estado, ha tratado de cambiarle el significado y el espíritu a las fiestas religiosas. A la Pascua le ha llamado “semana de turismo”, o “semana criolla”, o “semana de la cerveza”. Y a la fiesta de Navidad le ha denominado “la fiesta de la familia”, pero la Navidad significa “nacimiento”, tiene que ver con la venida del Mesías en el planeta tierra, con la irrupción del cielo sobre la tierra. El espíritu del anticristo opera desde que los apóstoles de Jesucristo predicaron el evangelio en el primer siglo de la era cristiana, porque cuando vino Cristo, también apareció el “espíritu anticristo”. Cuando nació Jesús, Herodes quiso matar a todos los niños, porque había oído hablar que un rey había nacido en Belén, por tanto, para librarse de Cristo, del Mesías profetizado desde la antigüedad, mandó matar a todos los pequeños que había en Belén de Judá. ¡El espíritu anticristo se manifestó inmediatamente! Dios les mostró a José y a María que tenían que huir a Egipto con el niño, hasta que muriera Herodes, quien no quería saber nada con la existencia del rey profetizado.

EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO A LA TIERRA

Cristo vino a instaurar el reino de los cielos, en tanto que Satanás ha querido establecer siempre el suyo. Pero la tierra y su plenitud son de Cristo, Él es el Rey de Reyes y el Señor de Señores. Pero si bien el espíritu del anticristo ha operado siempre en el planeta tierra, tiene una irrupción importante en el mundo a partir del año 1776, cuando un personaje, el alemán Adam Weishaupt funda una logia secreta llamada “Los Iluminatis”, de la que proviene una generación de gente ilustrada, llamada los iluminados. Este hombre se levantó contra todo sistema de vida occidental y cristiano, y decidió luchar para instaurar un nuevo sistema de gobierno en el mundo que sea totalmente humano y secular; se infiltró con sus seguidores en otros grupos, y comenzó a trabajar denodadamente con el fin de implantar el humanismo.
Si observamos detenidamente el billete de un dólar, veremos una pirámide, y debajo de ella, el año 1776, con la inscripción: “Nuevo orden secular”. Ese slogan comienza a incitar una revolución humanista en el mundo y a instaurar ideas, que tienen que ver con un gobierno puramente humano, basado y fundado en la razón y en la falsamente llamada ciencia, estableciendo valores y principios que no tienen nada que ver con la Biblia, ni con la revelación de Dios. Ese slogan se ha modernizado y ahora ya no le llaman “nuevo orden secular”, sino “nuevo orden mundial”. Cuando mencionan esto, se están refiriendo a un mundo gobernado por hombres, sin Dios. Ese espíritu anticristo, humanista y secular, intentará que en la Navidad, tú te llenes de pan dulce, que te tomes todo el vino y hasta el agua del florero, tratará que centres tu mirada en papá Noel, y en los juguetes que hay que colgar en el arbolito, y que no te acuerdes de Jesús. Ese nuevo orden secular está fundamentado en la creación de una sociedad mundial, gobernada por el hombre e independizado de Dios, ¡un orden secular sin Dios!
Yo advierto severamente a la iglesia de Jesucristo que tiene que volverse del espíritu mundano, al espíritu cristiano de la Navidad, te invito a buscar a Jesús como nunca antes lo has hecho. Invito a la iglesia de Jesucristo, a ayunar hasta la Navidad para que el reino de los cielos venga a la tierra, para que el enemigo sea quebrantado en nuestros parientes, en nuestras amistades, en nuestra nación, en nuestras ciudades, en nuestros barrios, para que venga el verdadero espíritu de la Navidad, el espíritu que tocó a los reyes magos, que tocó a los pastores en Belén, que tocó a Simeón y a la profetiza Ana que estaba en el templo, ¡el Espíritu de Dios!
Navidad tiene que ver con otro reino, está relacionado a un nuevo orden divino, venido al mundo a través de Jesucristo. Leamos Lucas 1:30-35: 30Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. 31Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. 35Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios”.
Busca a Dios en Navidad,  búscale en este tiempo; el inventor de la Navidad es Jesús, ¡Él es el Señor de la Navidad! El espíritu de la Navidad tiene que ver con el Espíritu Santo, Él cubrió a la virgen María, de Belén, según estaba anunciado por todos los profetas; tiene que ver con la obra del Espíritu Santo para engendrar en el vientre de una virgen, un santo ser que se llamaría Emmanuel, que significa “Dios con nosotros”, tiene que ver con un reino que vino a instaurarse aquí en la tierra. El ángel le dijo a María que ese santo ser que iba a nacer gobernaría desde Israel, y su reino sería eterno, ese es el reino que hoy estoy predicando, ¡y que debe venir a tu vida en esta Navidad! ¡Esto sí tiene que ver con la Navidad!
Los Ángeles anunciaron que iba a nacer un gran Señor, que un día un descendiente de David sería llamado el Salvador, que es Cristo el Señor. “Señor” era una palabra que los judíos destinaban para denominar solamente a Dios, “Elohim el Señor”. Los Ángeles dijeron que este santo ser que nacería, es Cristo, que significa “Ungido”, “Cristo el Señor” significa que el que iba a nacer era Dios. ¡El nacimiento de Jesús significó una irrupción del cielo en la tierra! ¿Qué tiene que ver papá Noel con esto? Ciertamente no tiene absolutamente nada que ver. Nosotros hoy estamos preparándonos para celebrar en el verdadero espíritu de la navidad.
Leamos Lucas 2:25-33: 25Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. 26Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor. 27Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, 28él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: 29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; 30 Porque han visto mis ojos tu salvación, 31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; 32 Luz para revelación a los gentiles, Y gloria de tu pueblo Israel. 33Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él”.
La Biblia nos muestra que había personas que tenían una revelación divina acerca de quién era este personaje de la Navidad. Los reyes magos no vinieron a buscar un niño, sino un rey, Simeón había sido advertido por el Espíritu Santo, que no vería la muerte hasta que no viera con sus propios ojos al Salvador, y cuando vio ese niño, supo por revelación que era él. ¿Tú tienes revelación acerca de quién es Cristo? ¿Realmente sabes quién es Cristo? ¿Qué espíritu se mueve en tu vida y en tu casa en esta Navidad? ¿El espíritu secular que está trasformando esta fiesta en una fiesta humana, y mundana, sin Dios y sin Cristo? ¿O la palabra de Dios está penetrando tu vida y estás abriendo tu corazón para que el Rey de Reyes y Señor de Señores entre en él? ¿Estás entendiendo la revelación? ¿Estás abriendo tu corazón y entendiendo que algo muy importante se celebra en la Navidad, y que hay un Dios de amor, que se despojó de su gloria en el cielo para venir a salvar al mundo de su pecado? ¿Sabes tú realmente quién es Cristo? Los Ángeles buscaron a los pastores y les revelaron que ese santo ser que nacería sería llamado Cristo el Señor, y que sería el salvador del mundo. ¿Cuánto sacude tu ser esta verdad? La venida de Cristo movilizó ángeles, movilizó a un rey pagano, a matar niños para librarse de este ser que nacería. La venida de Cristo movilizó a los reyes magos e implantó en el mundo un antecedente que jamás sería removido; hay un mover mundano que quiere sacarnos de la visión de Dios, que quiere instaurar un orden distinto al mover de Cristo, pero Él es el Rey de Reyes y el Señor de Señores pero hoy abrimos nuestro corazón en este lugar, para que el verdadero espíritu de la Navidad se apodere de nosotros.

CONCLUSIÓN

Hoy llamamos al Espíritu Santo, hoy invocamos al Espíritu de Dios, y decimos: “Señor, revélate a nosotros, y revélanos el verdadero sentir de la Navidad. Que esta Navidad sea distinta para ti, que no sea una Navidad para los niños que hay en tu casa, que los regalos no sean para nosotros, sino que el mejor regalo se lo lleve Jesucristo. Que Él sea honrado, adorado y bendecido en los corazones, ¡que Jesucristo sea rey en nuestra casa!” Que en esta Navidad, algún vecino pobre o quizás quebrantado pueda compartir tu mesa, que alguna persona desahuciada pueda recibir tu visita, que no te importe si te falta alguna de esas cosas que habitualmente tienes en Navidad, ¡pero que no falte Cristo! ¡Dios quiere reinar ahora en tu vida! Si estás dispuesto a dejarle entrar, haz esta oración ahora mismo: “Señor mío y Dios mío, abro mi corazón para recibir el verdadero espíritu de la Navidad, en el nombre de Jesús, gracias por tu perdón, gracias por tu paz, te lo pido en el nombre de Jesús. Señor, por la fe, ahora sé, que soy tu hijo, y por mi oración tú has venido a vivir a mi corazón, gracias, porque a partir de este día, soy verdaderamente un cristiano, un hijo de Dios. Gracias por haber venido a salvarme, en el nombre de Jesús hago esta oración, amén”.
Enlace al artículo original : http://www.misionvida.org/el-verdadero-espiritu-de-la-navidad/

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