El
periodista Carlos Herrera, visita la
casa de Bertín Osborne.
jueves, 22 de octubre de 2015
En la tuya o en la mía, Carlos Herrera
viernes, 9 de octubre de 2015
Principio de subsidiaridad, totalitarismo y libertad
Autor: Pablo Cabellos
Llorente
Se puede pagar para que haya más libertad, pero nunca para menguarla
Por más que he rastreado por Internet no lo he encontrado. He buscado
colocando una frase y su contraria, buscando a Marx y a Smith,
pero no he sido capaz del descubrimiento. Por lo que he concluido que se trata
de un invento más actual cuyas raíces tal vez están en la Venezuela de nuestros
días o en esos otros populismos al uso. He puesto simplemente el vocablosubsidiaridad,
he empleado la frase: sociedad civil subsidiaria del estado.
Y me aparecía siempre que el subsidiario de los individuos y de las sociedades
menores es el Estado. Pero no muy lejos de nosotros hemos escuchado o leído que
las sociedades tienen que ser subsidiarias del Estado, al menos en un tema tan
sensible como el de la Educación.
Por lo visto, Cervantes debe ser un carca tremendo porque
escribió en El Quijote:
La libertad, Sancho,
es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella
no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por
la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la
vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los
hombres. Digo esto, Sancho, porque bien has visto el regalo, la abundancia que
en este castillo que dejamos hemos tenido; pues en mitad de aquellos banquetes
sazonados y de aquellas bebidas de nieve me parecía a mí que
estaba metido entre las estrechezas de la hambre, porque no lo gozaba con la
libertad que lo gozara si fueran míos, que las obligaciones de las recompensas
de los beneficios y mercedes recebidas son ataduras que no dejan campear al
ánimo libre. ¡Venturoso aquel a quien el cielo dio un pedazo de pan sin que le
quede obligación de agradecerlo a otro que al mismo cielo! (cap. LVIII).
Cito este pasaje porque también se ha escrito hasta la saciedad que no
aceptar el principio de subsidiaridad supone totalitarismo o es su camino más
directo. Encierra la contradicción propia de quien no razona sino que
dogmatiza. ¿En que consiste esa paradoja? En aparentar todo tipo de aperturas
que suenan bien y negar, en su raíz, la más profunda libertad del hombre, que
consiste en buscar la verdad y el bien, que nos hacen a nosotros mismos
verdaderos y buenos. Prima la ideología, que es un algo etéreo, desprendido del
mundo real a lo que se da más valor, más crédito o más importancia que a lo
mensurable. Que los colegios concertados salen mucho más baratos al erario
público que los estatales, pues no importa. Que me cargo libertades importantes
de las personas, tampoco interesa. Es como un grito de guerra: ¡salvad la
ideología!
El principio de subsidiariedad, en su definición más amplia, dispone que un
asunto debe ser resuelto por las personas o autoridad (normativa,
política o económica) más próxima al objeto del problema. Este es uno de los
principios sobre los que se sustenta la Unión Europea, según quedó establecido por
el Tratado de Maastricht, firmado el 7 de febrero de 1992 y después
conocido como Tratado de la Unión Europea.
Su actual formulación quedó plasmada en el Artículo 5 (2), modificada por el Tratado de Lisboa desde el 1 de
diciembre de 2009. Un análisis descriptivo de este principio puede encontrarse
en el Protocolo 30 sobre la aplicación de los principios de
subsidiariedad y proporcionalidad, anejo al Tratado. La palabra latina
“subsidium” significaayuda, por lo que la función subsidiaria del Estado
quiere decir que su papel consiste en ayudar a los miembros de la sociedad. La
dignidad de la persona humana no se resiste a este apoyo. Lo que se opondría a
esta dignidad es que se le despojase de la libre iniciativa de cuidar de sus
necesidades e intereses legítimos. Es elemental que el más próximo a la de
educación de la gente es su familia. Y cuando es adulto, él mismo.
Por otro lado, este concreto asunto de la libertad escolar está reconocido
por la Constitución Española y la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre. Pero vayamos a otra parte: en el “Manifiesto Comunista”, Marx y Engels esbozaron
algunas ideas sobre la del Estado que pedía sustituir por el proletariado como
clase dominante. Lenin dirá que hay que suplir esa máquina del
Estado por un nuevo estado conformado por todo el proletariado. Con la
construcción de la extinta URSS, se caminó hacia la economía planificada, en la
que se vio un modo de lograr la sociedad sin clases. Todo a costa de situar al
Estado por encima de las personas. Por eso, cuando afirmé que no encontré esa
subsidiaridad, se puede apreciar la raíz marxista de ese populismo emergente.
También hay otra falacia en el invento: los colegios concertados
son para ricos y los públicos para pobres. ¡Oiga! ¿Cómo puede suceder esto
si los centros estatales cuestan más por alumno que los otros? ¿No habrá que
empezar por mejorar la gestión de la escuela pública? ¿Amamos la libertad de
todos? Porque este es un grave asunto de libertad. Se puede pagar para que haya
más libertad, pero nunca para menguarla.
Etiquetas:
D. PABLO CABELLOS LLORENTE
domingo, 4 de octubre de 2015
Sínodo de los Obispos sobre la Familia
Un largo camino está llegando a su
última etapa, ¿qué sucederá las próximas tres semanas?
Un largo camino que está llegando a su
última etapa. El Sínodo de los Obispos se reúne este mes de octubre en Roma en
la Asamblea General Ordinaria para abordar las preocupaciones y desafíos de la
familia en el mundo y en la Iglesia. Este Sínodo, que está despertando la
curiosidad de muchos y acaparando gran atención mediática, sigue una
metodología y un calendario concretos. Tras meses de debate público, durante
las próximas tres semanas se seguirá en el Vaticano un guión muy detallado.
Tal y como ha indicado el cardenal
Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de los Obispos, a partir de
la experiencia madurada durante la Asamblea General Extraordinaria del año
pasado y “teniendo en cuenta las sugerencia realizadas, especialmente por los
Padres sinodales”, la secretaria general del Sínodo ha elaborado una nueva
metodología, que fue aprobada por el Santo Padre el pasado mes de mayo.
La mayoría de los Padres sugirió que la
Asamblea General Ordinaria se hiciera “más dinámica y participativa a través de
la distribución de las intervenciones en el aula de los miembros en tiempos
sucesivos, para poder dedicar mayor atención a cada contribución”. Además, los
Padres han pedido “mejorar el trabajo en los Circuli Minores, donde
se verifica una participación más activa a la discusión, un debate más directo
e inmediato entre los Padres en la propia lengua, en los cuales, eventualmente
pueden intervenir los auditores y delegados fraternos”.
El documento base para los trabajos
sinodales es el Instrumentum Laboris,
resultado de la composición de la Relatio Synodi del anterior
Sínodo, y de las respuestas al cuestionario.
En la sesión inaugural, el presidente
delegado dirigirá su saludo al Santo Padre, que abre los trabajos. A
continuación, intervendrán el secretario general y el relator general con sus
respectivas intervenciones. Después, el relator general presente los temas de
la Primera Parte y le seguirá el testimonio de una pareja de esposos auditores
para proseguir con las intervenciones de los Padres sinodales en las
Congregaciones Generales.
El papa Francisco, en su libertad,
decidirá si intervenir o no en la apertura de los trabajos. Hay que tener en
cuenta, que tanto en la vigilia del sábado 3 como el la misa del domingo 4
tendrá ocasión de dirigirse a los fieles.
Se seguirá con las sesiones de los
Círculos menores, en los que los Padres reflexionan sobre el texto base
enriquecido por las contribuciones que surgen en el aula, con el fin de
elaborar los “modos” con los que el texto madura posteriormente.
Al terminar cada sesión, el relator de
cada Círculo presenta en el Aula una breve presentación del trabajo realizado y
mientras tanto entrega los “modos” que son introducidos en el texto base. Todas
las intervenciones de los Círculos menores serán publicadas.
Este procedimiento se repite para la
Segunda y la Tercera Parte durante las dos semanas sucesivas.
La Comisión para la elaboración de la
Relación final, nombrada por el Santo Padre en la que están representados
los cinco continentes, tiene la tarea de seguir cada fase del proyecto para
reunirse al final de los trabajos de cada parte y para la redacción final.
Al finalizar las tres etapas, dicha
Comisión supervisa la elaboración del proyecto de la Relación final, que se
presenta en el Aula. Finalmente, la Comisión realiza el texto definitivo y en
la mañana del 24 de octubre se presenta y por la tarde se somete al
sufragio de la Asamblea.
Según el método del Sínodo, este
documento se entrega al Santo Padre, a quien corresponde las decisiones finales.
Durante las tres semanas de Sínodo, se
realizará cada día una sesión informativa con el director de la Oficina de
Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi, en el que expondrá a la
prensa, en ocasiones acompañado de Padres sinodales y auditores, los avances y
las líneas de los debates.
Por: Rocío Lancho García | Fuente: Zenit.org
viernes, 2 de octubre de 2015
75 Preguntas a los padres de adolescentes
Las
distintas etapas de preadolescente, adolescente y postadolescente,no
tienen un calendario exacto de edad. Van en función de la madurez física,
mental y educativa de ellos. Los padres son los indicados en conocer en cuál de
las etapas, está clasificado cada uno de los hijos. En el artículo se
denominarán adolescentes a todos, agrupándolos en una sola de las distintas
etapas cronológicas.
La
palabra adolescente, indica que adolecen de la capacidad y la madurez física y
emocional, necesarias,
para sopesar el impacto de muchas de las acciones que realizan, o que quieren
realizar y por lo tanto, ignoran sus lógicas consecuencias. Para solucionar
este problema están en primer lugar sus padres, con una obligación
irrenunciable a guiarles, cómo guiarles a que se enfrenten el reto de hacerse
mayores. Después están los profesores, consejeros, sacerdotes, pastores,
rabinos o imanes, según la religión que practiquen.
Los
padres no tienen que ser, los amigos de sus hijos adolescentes y viceversa, tienen que ser sus padres y sus hijos
respectivamente. Sobrepasar esa sutil raya, es la que suele ser el principio de
las grandes diferencias, en los resultados de la educación. Cada uno en su
sitio con sus obligaciones y responsabilidades. La amistad es quitar o poner,
la paternidad y la filiación, no.
La
adolescencia puede ser una edad maravillosa o insufrible, para ellos, sus familiares y la sociedad.
Hay muchos adolescentes, la gran mayoría, que están llenos de entrega,
altruismo, abnegación y sacrificio incondicional hacia los demás, como se
aprecia en la enorme cantidad de voluntarios adolescentes que hay en todas las
ONG, organizaciones no gubernamentales, de servicio al prójimo.
La
inmadurez inmadurable, es la
tónica general en la mayoría de los adolescentes, que han sido mal educados por
sus padres, al consentirles todo lo que han ido queriendo, desde su infancia.
Jamás madurarán, porque ni piensan, ni quieren hacerlo. Les va muy bien
haciendo lo que quieren, siendo adolescentes inmaduros y, sin
responsabilidades.
Para
algunos padres no hay una perfecta definición, de lo que es portarse bien y
portarse mal en los adolescentes. Hay una raya muy fina para algunos, que
separa los conceptos buenos y malos. Depende de cómo hayan sido educados ellos,
de las costumbres que hayan adoptado, de la calidad de educación que quieran
dar a sus hijos en la práctica de las virtudes y valores humanos, del entorno
en el que viven, de sus costumbres religiosas, etc.
El
análisis del comportamiento de los padres y de los adolescentes, le permitirá tomar las decisiones adecuadas
para corregir los defectos, tratándose principalmente de adolescentes:
Rebeldes, agresivos, violentos, vagos, consentidos, manipuladores, NiNi, etc.
75
Preguntas a los padres de adolescentes, para que contesten amplia, sincera y
detalladamente, y así poder conocer su propio grado de responsabilidad, en las
actuaciones de sus hijos y para que puedan tomar las medidas adecuadas.
1. ¿Han llevado a su hijo al pediatra,
para que les diagnostique si tiene alguna enfermedad o si sólo está
insuficientemente educado? Este es el primer paso y, uno de los
más importantes. Si el adolescente consigue no ir, los padres tendrán que
reconocer, que les ha ganado la primera batalla. Todas las siguientes
respuestas, se basarán en que está insuficientemente educado, para reconocer la
autoridad de los padres.
2. ¿Le ha dicho alguien, aunque no sea médico,
que su hijo está enfermo, muy consentido,
insuficientemente educado o tiene alrededor algo que le perturbe?
3. ¿Qué les han dicho los psicólogos,
sobre el origen de su posible mal comportamiento?
4. ¿Toma alguna medicina por si es bipolar,
tiene TDAH u otra enfermedad?
5. ¿Qué solución le han dado los psicólogos,
para el presente y el futuro de su hijo?
6. ¿Tienen algún informe profesional de su
hijo, hecho por sus maestros o tutores?
7. ¿Han hablado con los maestros, sobre el
comportamiento en la escuela y fuera de ella?
8. ¿Ha hablado con los maestros y tutores,
sobre su capacidad de estudio y las razones, por las que
ellos creen, que no se esfuerza lo suficiente?
9. ¿Asiste con regularidad a la escuela
o al trabajo?
10. ¿Qué calificaciones obtiene u obtenía?
11. ¿A qué se dedica cuando no estudia?
12. ¿Desde cuándo no estudia?
13. ¿Qué
alega para no
estudiar?
14. ¿Qué quiere hacer en el futuro?
15. ¿Para
qué vale, es decir, para que actividad profesional?
16. ¿Han
analizado las razones, por las que no busca trabajo o no lo
encuentra?
17. ¿Cuál es el comportamiento que como padres, quisieran que su hijo
cumpliera mientras viva en su casa? Horarios de levantarse y acostarse. Días y
horarios de esparcimiento, salidas y entrada. Tiempos de estudio en casa o de
trabajo. Objetivos parciales de los estudios. Forma de ganar para sus gastos
discrecionales. Ayuda en las tareas de la casa. Amistades con las que puede
alternar y con las que no puede alternar, etc.
18. ¿Han
negociado con él
unas condiciones de horarios, ocupaciones, responsabilidades, resultados
premios y castigos, para poder vivir en la casa?
19. ¿Cuáles son los temas principales, que producen el mal
comportamiento de su hijo?
20. ¿No han podido controlar
el comportamiento de
su hijo, incluso cuando empezaban los primeros avisos de su mala conducta?
21. ¿Han
permitido los
padres, las malas actuaciones del hijo, desde que era pequeño y creen que ahora
es, demasiado tarde?
22. ¿En qué ha ido creciendo
su mala actitud, desde que era más joven?
23. ¿Además de la casa, dónde se producen los mayores periodos de mal comportamiento,
en el colegio, en la calle o con determinados amigos o familiares?
24. ¿Por
qué le consienten su
mal comportamiento, soportado en desobediencias, insultos, agresiones, etc.?
25. ¿Cuándo
se producen sus crisis, llegan al máximo y desaparece, o tardan
mucho en desaparecer? Observe las personas que tiene a su alrededor y otras
circunstancias, que pudieran alterarle.
26. ¿Cómo influye su comportamiento en la
actitud de otros hermanos o familiares?
27. ¿Consienten sus padres, el daño que hace con su
mal comportamiento, a sus otros hermanos y los padres?
28. ¿Qué nivel de disciplina y orden hay en la familia?
29. ¿Qué tipo de vida llevan los cónyuges?
(Relaciones personales, horarios y actividades)
30. ¿Cuál es el tipo de vida que lleva el adolescente?
31. ¿Cuáles son sus horarios familiares, escolares y sociales?
32. ¿Quién
le da el dinero para
sus gastos particulares y, le compra la ropa, paga el Internet, el teléfono,
etc., suponiendo que tenga?
33. ¿Está
enganchado o pasa
demasiado tiempo en el teléfono, Internet y las pantallas digitales?
34. ¿Están esperando a que un día ocurra
una desgracia y,
vayan los padres a la cárcel y el hijo a un reformatorio?
35. ¿Cómo
son sus amigos?
36. ¿Han
hablado con sus amigos y
los padres y familiares de sus amigos?
37. ¿Fuma o toma alguna droga o alcohol?
38. ¿Han
revisado su mochila, habitación y efectos personales, para
comprobar si esconde drogas o efectos ajenos?
39. ¿Lleva ropas o tiene objetos que Vds. no le han comprado?
40. ¿Aparentemente gasta más que el dinero,
del que los padres le dan?
41. ¿Tiene
una o varias novias y,
cree que lleva una vida honesta con ellas?
42. ¿Practican
alguna religión con
su hijo?
43. ¿Va al Catecismo o a la Iglesia?
44. ¿Han
consultado Vd.
con algún grupo de ayuda,
sacerdote, pastor, rabino o imán, según la religión que profesen?
45. ¿Cuáles son las principales
virtudes y valores humanos, que tiene y practica su hijo?
46. ¿Cuáles son los principales
defectos de su
hijo?
47. ¿Qué premios o castigos tiene su hijo, por su
comportamiento?
48. ¿Con quién pasa la noche, cuando no duerme en la casa, con o sin
permiso?
49. ¿Quiere estudiar o quiere trabajar,
las dos cosas a la vez o ninguna de ellas?
50. ¿Trabaja
y entrega todo o parte de sus ingresos en la casa o lo ahorra?
51. ¿Después
de los 18 años, quiere
quedarse en casa de los padres o quiere que los padres le paguen
la universidad, o ponerse a trabajar para pagársela él o vivir
por su cuenta, sin continuar estudiando?
52. ¿Tiene algún tipo de problemas
de salud como
obesidad, vigorexia, anorexia, bulimia, ADHD, etc.?
53. ¿Bebe refrescos que tengan mucha
cafeína y azúcar, energizantes, o toma comidas industrializadas
como la pastelería, galletas, etc.?
54. ¿Se viste, peina y disfraza, de forma que avergüenza a la familia y por eso, es rechazado por la
sociedad y por los padres?
55. ¿Les ha pedido permiso o consejo, para hacerse alguna cirugía
estética con el fin de parecer más sexi?
56. ¿Conoce las razones
en profundidad, no las disculpas que le dice, para no querer
estudiar o trabajar normalmente?
57. ¿Por qué no se pone a trabajar,
si no quiere estudiar?
58. ¿Su hijo cree que sus padres son tan millonarios, como para mantenerle,
sin estudiar ni trabajar para siempre?
59. ¿Están los padres dispuestos a enfrentarse con su hijo, para que por
la razón o por la fuerza, haga las cosas necesarias para su
presente y su futuro?
60. ¿Hasta dónde están dispuestos los padres, a apretarle
las tuercas, en beneficio de él, en el caso de que no quiera
cumplir las normas establecidas o negociadas?
61. ¿Están los padres dispuestos a gastar
sus ahorros, previstos para sujubilación y vejez, en pagarle los
estudios que no aprovecha, además de mantenerle, vestirle y darle dinero para
que se divierta, aunque él no coopere en educarse y en portarse correctamente?
62. ¿Le han hablado de la situación
económica de
Vds. y de la posibleherencia?
63. ¿Han pensado que la vejez de Vds. están en peligro, por
consentir a su hijo?
64. ¿Hasta cuándo él quiere estar de NiNi?
65. ¿Hasta cuándo van a esperar a que caiga, en
las redes de los malos amigos?
Los NiNi son las primeras piezas que cazan los narcotraficantes y las gangas.
66. ¿Sabe él que se está exponiendo, a ser un perdedor
social y
hasta que Vds. le echen de casa, por desobediente?
67. ¿Hasta dónde están dispuestos a aceptar el
riesgo, de tener un hijo NiNiy las consecuencias?
68. ¿Hasta qué edad de los padres o de él, van
a seguir consintiéndole que haga lo que quiera?
69. ¿Hasta dónde están dispuestos
a aguantar a
su hijo?
70. ¿Han pensado en que si no cambia y, hace la
vida imposible a la familia, internarle en un reformatorio o echarle de la casa,
si es mayor de edad?
71. ¿Tienen en su familia cercana o amigos, algún ejemplo
similar?
72. ¿Es
responsable con
las actuaciones ante la familia, amigos y ocupaciones propias de su edad y
situación?
73. ¿Ha recibido acciones de bullying o las ha realizado?
74. ¿Le va a dar a leer este artículo a su hijo
adolescente?
75. ¿Consienten los padres, que el hijo adolescente
les trate mal, sin intentar corregirle?
No hay
pastillas, para que los adolescentes se porten bien. Solamente hay buena educación y su
seguimiento, realizado desde el primer día, por parte de los padres. Es muy
fácil para algunos médicos diagnosticar, que los adolescentes tienen TDAH o
hiperactividad y, llenarlos de pastillas para toda la vida, cuando la realidad
es que, están dando una respuesta médica a un problema educativo. A los padres
les resulta más cómodo, oír del médico que su hijo se portará bien con las
pastillas, que reconocer que es un problema de mala educación.
Tampoco
hay pastillas, para que los padres eduquen a los adolescentes.Algunos
padres esperan recibir respuestas, sobre la problemática del mal comportamiento
de los hijos adolescentes, semejantes a tomar una pastilla, que lo cura todo e
inmediatamente. Con unos pocos consejos recibidos, no se solucionan los años de
haber consentido todo, es un largo proceso educativo.
Algunos
padres no quieren reconocer, su posible culpabilidad en la permisividad o mala
educación, de sus hijos adolescentes. Cuando lean este artículo, otros
relacionados, o cuando respondo a sus consultas, si ven algún atisbo de
haberles descubierto sus errores, lo primero que intentan es descalificar al
mensajero, para así justificar el, no hacer caso al mensaje. Prefieren esconder
la cabeza en la arena como los avestruces, antes que tomar medidas correctoras
e intentar poner remedio, a lo que con anterioridad no habían hecho, o habían
hecho mal.
Modificar
el mal comportamiento de los adolescentes, es un procedimiento de ensayo y
error. Costoso,
lento y no exento de sacrificios. Por eso cuanto antes empiecen los padres, a
intentar modificar el comportamiento de los adolescentes, será mucho mejor. Y
si lo pueden hacer desde que son niños, obtendrán muchos mejores resultados.
Los
padres deben considerar, en función del diagnóstico que le hayan dado los
especialistas, en el
supuesto de que el adolescente no esté enfermo, el tipo de educación que han
dado a su hijo. Si no está enfermo y se porta mal, es que está insuficientemente educado. Analicen
también su propio comportamiento, el de los familiares, maestros y amigos, por
si alguno de estos, pudiera ser el origen del problema del mal comportamiento.
Cuando
hay problemas de mal comportamiento, con los adolescentes, el primer paso es establecer y negociar
unas normas de convivencia y conducta familiar, poniendo énfasis en lo que es
negociable y lo que no es. Pudiera ser más fácil imponerlas, pero es mucho
mejor negociarlas, ya que así son, más fáciles de cumplir por todos,
principalmente para los hijos más mayores.
La
autoridad como padres, no es negociable, las normas, sí. Los adolescentes, en beneficio de ellos
mismos, tienen que hacer las cosas por la razón o por la fuerza, pero no con
dos bofetadas, aunque sean una vieja medicina, que en su época, dio muy buenos
resultados. Si era sin pasarse.
Está
muy bien que los padres quieran mucho a sus hijos y, traten de ayudarles a que su comportamiento sea excelente, pero
también deben cuidar la armonía familiar, la salud de todos y el crecimiento
personal, de cada uno de la familia, que no sea roto, por el mal comportamiento
de los adolescentes. Si el adolescente gana hoy la pelea de la agresividad, de
la violencia, de los horarios, etc., mañana será otra cosa y pasado mañana, se
hará el dueño de la casa, porque los padres han estado cediendo, desde hace
mucho en la forma y fondo de educarle.
Los
adolescentes no se levantan una mañana y dicen que, a partir de ahora me voy a
portar mal. Normalmente
llevan años haciéndolo, ganado posiciones poco a poco y los padres
consintiéndolo, no enterándose o queriendo enterarse. Ellos no cambian
radicalmente de un día para otro, a no ser que en su vida o en su entorno,
ocurra algún hecho grave.
Los
adolescentes casi siempre hacen y se comportan, como lo que ven en sus familias
y a sus amigos. Si
tienen unos padres violentos, agresivos, vagos, manipuladores, poco
comunicativos, lo más probable es que ellos hagan lo mismo. Si los padres, no
les han enseñado a practicar las virtudes y valores humanos, porque ellos
tampoco los practican, no podrán esperar que los hijos lo hagan, por su propia iniciativa.
Estas actitudes primero son costumbres, después hábitos y posteriormente se
convierten en virtudes y valores humanos.
Los
adolescentes algunas veces, no entienden los motivos, por los que se enfadan, ni los de su comportamiento, ni sus
responsabilidades sobre lo que hacen, ni lo que tienen que hacer, para que no
vuelva a ocurrir. Casi siempre lo hacen por ser una costumbre, consentida por
los padres. Esas actitudes suele ser, el reflejo del fracaso o la violencia de
los padres. El buen ejemplo y la negociación con ellos, para convencerles,
significa el éxito de los padres.
Aunque
sea muy difícil, algunas veces hay que “evaluar” la tarea educativa de los
padres, pues si
no han sabido y no saben educar a su hijo adolescente, para persuadirle de que
tenga buen comportamiento, es que les queda mucho por aprender. Es posible que
a los padres les toque hacer una introspección, de la forma en la que le están
educando, si ni las medicinas, ni los buenos consejos, le han hecho mejorar. La
solución no pasa por que el hijo se tome pastillas o vaya a más sesiones del
psicólogo. La solución empieza con los padres, sus características presentes y
los comportamientos pasados.
Los
adolescentes con mal comportamiento en la escuela, corren el riesgo de que queden mal catalogados
para siempre. Esa calificación va creciendo en el niño, entre los siguientes
profesores y sus compañeros y se transmite incluso, después a la universidad.
Es muy duro llevarle a un internado, pero hacerlo, suele hacer milagros en la
etapa adolescente. Incluso la simple sugerencia de llevarle, suele cambiar el
rumbo de su comportamiento. Quizá sea una prueba de esfuerzo para los padres,
pero seguramente, valdrá la pena por la salud mental, presente y futura del
niño.
Algunas
adolescentes están obsesionadas, en aparecer más sexuales y estar a la
última moda, en hacerse cirugías estéticas, practicar la vigorexia, la
anorexia, bulimia, etc., todo por esa moda de aparecer más delgadas y así
pertenecer a lo que ellos llaman “la tribu metrosexual” y, diferenciarse
físicamente de las demás. Los adolescentes, también tienen modas similares,
pero son menos proclives a las cirugías estéticas.
Los
adolescentes responsables, también tienen que tener miedo a sus padres, si estos no les han educado bien. Es posible
que en los años adolescentes, no se den cuenta y, a medida que se vayan
haciendo mayores y vayan entrando en el mundo competitivo, de la universidad o
del trabajo, se den cuenta de que no están preparados, para hacer nada de
provecho, porque les han consentido, hacer todo lo que han querido, entonces
será muy tarde o muy costoso, el enderezar el camino recorrido.
Los
padres responsables, tienen que estar dispuestos a oír la verdad sobre sus
hijos, no lo
que quieren oír de ellos. Pero tienen que saber, qué es lo que preguntan y a
quién preguntan, para que en función de ello, puedan tomar las correspondientes
decisiones, siempre bajo una buena y continua puesta al día, de la información.
A los
adolescentes responsables, se le conoce desde lejos, bien por la calidad de su comportamiento,
por los hechos en la familia, los estudios o la sociedad. Depende muchísimo del
grado de educación y consentimiento, que le hayan dado sus padres, en sus
primero años de vida.
Los
adolescentes no quieren, bajo ningún concepto, que sus padres les controlen lo
qué hacen, ni dónde van, ni con quién están, ni cuándo salen o llegan. Algunos padres, pretenden ponerles sistemas
modernos de control, para conocer por dónde andan, cuando están fuera de la
casa, pues los peligro de hoy en día en la calle, les producen mucha angustia.
Para ello hay desde los métodos de ponerles un chip bajo la piel, para
buscarles en caso de un posible secuestro, que continuamente se producen en
determinados países, hasta poner un sistema de navegación, por GPS en el
automóvil, para saber dónde están.
Fuente:
blog.micumbre.com
Enlace al artículo original: https://www.aciprensa.com/Familia/preguntaspadres.htm
jueves, 1 de octubre de 2015
¡Nos queda rezar! o ¡rezamos para empezar!
Que el rezo del Rosario haga posible el
cambio de la situación de sufrimiento actual, pero también nuestro cambio de
vida
Suele suceder que cuando nos encontramos
abrumados por alguna situación, reaccionamos según el viejo dicho de: «¡Nos
acordamos de santa Bárbara cuando truena!», y que el miedo a lo que está
ocurriendo nos lleve a rezar. Pues bien, estoy escribiendo esta carta en la
primera semana de este mes, cuando los países de nuestra Europa se están
repartiendo el número de refugiados procedentes de la guerra en Siria, y cuando
las instituciones gubernamentales, civiles y religiosas empezamos a reaccionar
manifestando nuestra disponibilidad de acogida. Los próximos días van a ser
cruciales para enfocar bien las soluciones que demandan estos cientos de miles
de personas que vienen huyendo de la masacre que se está llevando a cabo en dicho
país.
El rezo del Rosario está especialmente
vinculado a momentos cruciales de la historia de esta misma Europa y aunque las
distancias temporales y las significaciones político−sociales sean muy grandes,
y distintas, sí quiero proponer este mes de octubre, tradicionalmente dedicado
al Rosario, la oración diaria del Rosario para que con María, la Virgen,
nuestra Señora, pidamos a Dios el que se den soluciones inmediatas a esta
realidad que estamos sufriendo y en la que Europa está muy directamente implicada.
Y, vuelvo al título de la carta de este
domingo: «¡Nos queda rezar!, o ¡Rezamos para empezar!» Probablemente viene bien
hacer las dos cosas, puesto que esta catástrofe con todas sus víctimas ni se ha
sabido evitar ni, como es evidente, se podrá resolver con nuestras solas
fuerzas humanas. Estamos siendo testigos de la incapacidad e impotencia
efectiva de los países más poderosos de la tierra. Siempre ¡nos queda rezar!,
pedir a Dios con insistencia que se acabe el conflicto y sepamos paliar sus
desastrosas consecuencias para esta gente que viene pidiendo refugio a nuestros
países.
Sin embargo, la propuesta de rezar:
¡para empezar!, no es menos importante en el sentido en que lo primero es, no
solo que se cumpla la ley internacional que implica a los países que nos
decimos civilizados, que como estamos viendo ya es mucho, sino que los
particulares hagamos lo que está a nuestro alcance, y esto lleva consigo
generosidad, renuncia y sacrificios que nos tocan muy de cerca.
Sí, vamos a rezar el Rosario todos los
días del próximo mes, y desgranando sus Avemarías podremos caer en la cuenta en
los Misterios Gozosos del propósito realizado de Dios Padre de enviarnos a su
Hijo para salvar al género humano. En los Misterios Dolorosos veremos a
Jesucristo asumiendo el sufrimiento que la maldad humana es capaz de producir.
En los Misterios Luminosos sentiremos la llamada a vivir como Jesucristo,
metido de lleno en nuestra historia, convocando a todos a poner la mesa común
de la Eucaristía, para sabernos hermanos. Y en los Misterios Gloriosos
contemplar el final que se tiene que dar a todas esas desgracias por la
resurrección de Jesucristo, puesto que estamos destinados a vivir plenamente.
Así se nos ha de llenar el corazón de esperanza para empeñarnos en lograrlo ya
aquí y ahora, pues debe ser posible.
Que el rezo del Rosario haga posible el
cambio de esta situación, pero también nuestro cambio de vida, ese que se
necesita para complicarnos la vida acogiendo a quien lo está necesitando, ese
que se necesita para abrirnos los ojos y los brazos para dejar que entren en
nuestras casas, en nuestras calles, en nuestra vida esas personas que todavía
no conocemos personalmente pero que están aquí mismo llamando a nuestra puerta.
Por: Mons. Antonio Algora, Obispo de Ciudad Real | Fuente:
www.agenciasic.com
Suscribirse a:
Entradas (Atom)