Autor: Jose Maria Murillo Garcia
Badajoz, 10 de mayo del 2019.
Me parece imposible pensar que un hombre,
medianamente instruido y consciente, sea capaz de no reconocer a la Mujer (así
con mayúsculas) como una persona, no igual, yo diría que totalmente diferente
al hombre e incluso superior al hombre.
Por una mujer, hoy puedo estar disfrutando de
lo que la vida pone a mi alcance, y con
la unión a una mujer es la que me ha hecho formar una familia, y ser feliz, al
tener entre los dos, algo tan ilusionante como los hijos.
¿Cómo podría yo ser tan insensato de ver a la
mujer un ser inferior? Está claro que no lo es, y en la mayor parte de sus
actuaciones es superior al hombre. ¿Hay algo superior a dar la vida a un nuevo
ser? Creo que no, pero además, tiene una serie de capacidades en las que están
muy por encima de los hombres.
En el cuidado de los hijos, la primera e
indiscutible, ya podemos aprender a hacer una papilla o mudar los pañales, por
mucho que queramos, la mujer sin tener que esforzarse lo más mínimo, lo hará
mejor que nosotros, y hasta el crio se dará cuenta, además mientras que hace la
papilla, hablara por teléfono y está
haciendo no se qué gazpacho en la Termomix.
En la educación de los hijos, en su trabajo profesional,
nos llevan una verdadera delantera.
Por todo esto me parece que no hay discusión
posible para la igualdad con el hombre.
Diferente es que en el ámbito laboral, se igualen, cosa que hoy se pregona
como algo a conseguir, cuando en España, hace años en cualquier cuerpo de
funcionarios, no existe diferencia alguna. Mis padres eran Maestros Nacionales
y ni en sueldo ni en ninguna otra situación había diferencia.
Escribo estas líneas, ya que hoy se habla y se
legisla, para que el hombre y la mujer tengan las mismas semanas para el
cuidado del pequeño, y estamos hablando de dieciséis semanas.
No sería mucho mejor que a la mujer
embarazada, se le asignase un sueldo, como cuidadora del pequeño, hasta que
este tuviese edad de escolarización, (tres años) este sueldo debería ser algo
así como 1.100.- €.
Con esto, un tanto por ciento elevado de las
mujeres se quedaría en su casa cuidando al crio y su marido no tendría que
aprender labores para las que creo nos falta sentimiento.
Una mujer, desde su casa y con su economía sin
déficits podría hacer mil cosa, pero la primera y más importante, educar a su
hijo en esos primeros años con la mayor tranquilidad. ¿Cuánto le debe la
sociedad a las madres?
Y también podría haber, quien quisiera buscar
una ayuda para que atendiera al chico y ella dedicarse a estudiar (tenía tres
años pagados) y además podía crear dos puesto de trabajo, uno el suyo, y otro
el de la persona que le ayudaba.
Y el marido, trabajando y ayudando los
ratillos que pueda.
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