En tus manos de Madre dejo mis propósitos, para que los conviertas en
realidades.
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Vengo de estar con María.
Sencilla y cordialmente le he dicho: En tus manos de Madre dejo mis propósitos, para que los conviertas en realidades. Dame el amor a Jesús, la alegría de vivir, el deseo de ayudar a mis hermanos. Quítame la seriedad de esa cara ceñuda, y alégrame con la paz y confianza en Dios. También pongo en tus manos mi trabajo, mi vida y mi muerte. Vivir contigo es dulcísimo consuelo, morir en tus brazos la más dulce muerte. Quiero vivir junto a ti. Quiero morir en tus brazos.
Autor: P. Mariano de Blas LC
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domingo, 12 de enero de 2014
Con mi Madre
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