La
importancia del auto dictado ayer por el juez Pablo Ruz puede ser relativizada
con distintos argumentos jurídicos, pero hay una cosa que tiene difícil vuelta
de hoja y que queda acreditada de manera muy consistente: que el PP utilizó
dinero negro para pagar al arquitecto Gonzalo Urquijo más de un millón de euros
entre los años 2006 y 2008.
Eso es lo que queda reflejado en cinco pagos del PP a Unifica,
la empresa de Urquijo que realizó las obras de la sede de Génova. Esas entregas
de dinero están documentadas con facturas y recibís en la contabilidad
incautada a esa sociedad y coinciden en nombres, fechas y cuantías con los
apuntes de los papeles de Bárcenas. El propio juez señala que esas cinco
operaciones no figuran en la contabilidad oficial del PP entregada a la
Audiencia Nacional.
Por tanto, hay indicios difícilmente rebatibles de que el PP
pagó parte de las obras de su sede con dinero negro. Y aunque todavía la
responsabilidad penal quede por dilucidar y al margen de si hubo delitos de
fraude fiscal o falsedad documental, lo que resulta evidente es que esa
práctica era «continua en el tiempo», como afirma el juez.
Ello contradice frontalmente lo dicho por Mariano Rajoy el
pasado 2 de febrero ante la dirección del PP y el 1 de agosto en el Congreso.
El presidente aseguró lo siguiente ante el Comité Ejecutivo: «En este partido
no se pagan cantidades que no hayan sido registradas en la contabilidad del
partido ni que de cualquier otra manera resulten fiscalmente opacas. No es
cierto que hayamos percibido dinero en metálico que hayamos ocultado al Fisco.
Todas nuestras retribuciones se han ajustado a la más estricta legalidad a lo
largo de todos estos años». Y ratificó en el Congreso que en su partido «no se
ha llevado una doble contabilidad».
Vale la pena citar sus palabras de forma literal porque Mariano
Rajoy queda en entredicho por este auto del juez Ruz que deja patente que el PP
sí ha manejado dinero negro y que su actuación no ha sido impecable en lo
referente a su financiación. Porque si es cierto que el PP pagó un millón de
euros en metálico a este arquitecto, la única explicación posible es que
recibía dinero negro de empresas y particulares que luego utilizaba para hacer
frente a sus gastos, como sostenía Bárcenas. Eso es también lo que declaró Cristóbal
Paez, que aseguró ante el juez que él había sido testigo de pagos con fajos de
billetes en Génova.
En aquella intervención de febrero como luego en el Congreso,
Rajoy insistió en la tesis de que los apuntes de Bárcenas son falsos, lo que
cada vez resulta más difícil de creer. Eugenio Nasarre, García Escudero y Del
Burgo confirmaron su autenticidad en lo tocante a ellos y ahora aparecen estas
cinco entregas en negro al arquitecto Gonzalo Urquijo.
No estamos sólo ante un nuevo capítulo judicial del caso
Bárcenas sino ante algo mucho más grave, que afecta a la propia credibilidad de
Mariano Rajoy. ¿Mintió ante sus dirigentes y ante el Congreso? Ningún
presidente democrático podría seguir en su cargo si quedara acreditado que sus
palabras no se ajustaron a la verdad en un tema tan importante como es la
financiación de su partido. Kohl dimitió por ello de la presidencia de la CDU
en 1998.
El PSOE pidió ayer la comparencia urgente del presidente en el
Congreso para dar explicaciones. No le queda otro remedio a Rajoy que acudir
cuanto antes porque es su palabra la que está en entredicho.
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