Por Alvaro de Juana
Foto L'Osservatore Romano
VATICANO, 11 Sep. 15 / 11:06 am
(ACI).- “Adorar,
caminar y acompañar”. Son las tres palabras sobre las que reflexionó el Papa
Francisco –improvisando todo el discurso– al recibir en audiencia en el Vaticano
a los participantes del Capítulo General de los Claretianos (Misioneros Hijos
del Corazón Inmaculado de María) sobre el tema “Testimonios y mensajeros de la
alegría del Evangelio”.
Esta
congregación religiosa fue fundada por el español San Antonio María Claret,
quien, curiosamente siendo sacerdote, quiso hacerse jesuita y partir a las
misiones. Finalmente una enfermedad no se lo permitió obligándolo a permanecer
en España.
Adorar
“Nosotros
en el mundo de la eficiencia hemos perdido el sentido de la adoración”, subrayó
el Pontífice. “Incluso en la oración”, añadió.
El Papa
aseguró que “es cierto, rezamos, alabamos al Señor, pedimos, agradecemos… Pero
la adoración, ese estar delante del único Dios, de aquello que es lo único que
no tiene precio, que no se negocia, que no se cambia… Y todo lo que está fuera
de Él es imitación de cartón, es ídolo. Adorar”.
En
concreto a ellos les solicitó “un esfuerzo” por crecer en la adoración. “Es una
carencia de la Iglesia en este momento, por falta de
pedagogía. Ese sentido de la adoración que vemos en el primer Mandamiento de la Biblia, adorar al único
Dios. ‘No tendrás, acuérdate Israel, no tendrás otro Dios más que el único’.
Adorar: ‘a Él solo adorarás’”.
A su
vez, denunció ese ‘perder tiempo’ sin pedir, sin agradecer, incluso sin alabar,
solamente adorar, con el alma postrada”.
Caminar
Francisco
aseguró que “Dios no puede adorarse a sí mismo, pero quiso caminar, no quiso
estar quieto. Desde el primer momento caminó con su pueblo”.
Esto es
importante puesto que “caminar es abrir fronteras, salir, abrir puertas, buscar
caminos. Caminar. No estar sentados. No instalarse, en el mal sentido de la
palabra”.
No
obstante es consciente de que “hay que organizar cosas, que hay trabajos que
exigen estarse quietos, pero con el alma, el corazón y la cabeza, caminar,
buscar. Ir a las fronteras, a las fronteras
de todo tipo, incluso las del pensamiento”.
Precisamente,
a los intelectuales pidió que vayan a las fronteras y no permanezcan quietos,
“porque el que está quieto, el que no se mueve se corrompe. Como el agua: el
agua estancada se corrompe enseguida. En vez, el agua del río que corre no se
corrompe. Caminar como caminó Dios, que se hizo compañero del camino”.
“Caminar
con ese deseo de llegar algún día a contemplarlo a Él, y no como
desgraciadamente suele pasar –pasa en todas partes–con gente que más bien viene
a asegurar su vida, o a un instituto o a quedarse
quieto, a que no le falte nada, no… Caminar, caminar”.
Acompañar
En
opinión de Francisco, caminar solo “es medio aburrido” y además “Dios caminó
acompañando”. “Y me viene tan lindo eso de Jesús cuando se hizo el ‘tonto’ con
los que se escapaban de Jerusalén a Emaús: se les puso al lado y acompañó,
acompañó todo un proceso, hasta que ese corazón frío se volvió a
calentar y ardía el corazón, y se dieron cuenta”.
El Papa
también recomendó a los claretianos: “acompañen los momentos de alegría,
acompañen la felicidad de los matrimonios, de las familias. Acompañen los
momentos duros, los momentos de cruz, los momentos de
pecado”. “Jesús no le tenía miedo a los pecadores, los buscaba”, agregó.
Por
otro lado, en el discurso que les entregó, el Papa los invitó a “mirar al
pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar el futuro con
esperanza”, al igual que hizo en la carta que dirigió a todos los consagrados
con motivo del Año de la Vida Consagrada. En el texto destaca tres objetivos:
Hacer “memoria
agradecida del pasado”: “es dar gracias a Dios por el
testimonio de muchos de sus hermanos que, sostenidos por su fe, vivieron con
profundo gozo su vocación -algunos de ellos hasta el martirio-. Es también,
reconocer la misericordiosa mano del Señor que a pesar de nuestra debilidad y
nuestra inconstancia sigue obrando maravillas en medio de su Pueblo”.
“Vivir
el presente con pasión”: “es fundamentar su programa
misionero en el espíritu de san Antonio María Claret que puso como lema en su
escudo episcopal el Caritas Christi urget nos. Amar como amó Jesús debe
interpelar cada una de nuestras opciones vitales y pastorales”.
“Abrazar
el futuro con esperanza”: “significa no dejarse
arrastrar por el desánimo. No tener miedo. Es el Señor quien envía. Pongan
siempre los ojos en quienes esperan el anuncio, en quienes necesitan de Su
testimonio para sentir la presencia misericordiosa de Dios en sus vidas”.
El Año
de la Vida Consagrada convocado por el Papa Francisco comenzó el 30 de
noviembre de 2014, primer domingo de Adviento,
y concluirá el 2 de febrero de 2016, fiesta de la Presentación del Señor. Uno
de los motivos de su celebración es el 50 aniversario de la Constitución
dogmática Lumen Gentium sobre la Iglesia.
El 21
de noviembre de 2014, el Pontífice firmó una carta a todos los consagrados en
la que explica los motivos de este Año especial.
Enlace al artículo
original: https://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-todo-lo-que-esta-fuera-de-dios-es-imitacion-de-carton-85877/
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