sábado, 10 de agosto de 2013

Cuidado con la asistenta

·    La utilización de empleadas domésticas para el robo organizado supone una novedad, según la Policía

·    Las trabajadoras creen que estos actos las hacen aún más vulnerables

J. V. Echagüe.  Madrid.
Se presentaban como empleadas domésticas. Y, efectivamente, «limpiaban» las casas donde eran contratadas. La Policía Nacional ha desarticulado en Madrid a una banda que «infiltraba» a trabajadoras del hogar en viviendas de lujo. Según informó la Jefatura Superior de Policía de Madrid, estas mujeres, que usaban identidades falsas, ofrecían sus servicios tanto en octavillas como en internet. A la hora de enfrentarse a la entrevista con sus futuros empleadores, recitaban un «guión» con el que se ganaban su confianza. Y de paso, comprobaban el poder adquisitivo de la familia y hasta qué punto era fácil desvalijar la casa. Además, ponían las cosas fáciles: se ofrecían a trabajar por tan sólo 500 euros al mes.
Las autoridades comenzaron a investigar el pasado mayo, después de producirse un robo en un chalet de la localidad de Aravaca. Entonces, tres personas accedieron al lugar, golpearon a dos hermanos que se encontraban en su interior y desvalijaron una caja fuerte, llevándose 20.000 euros, además de joyas, dinero y ropa de reconocidas marcas. Los agentes averiguaron que la asistenta –D. F. T., de 32 años– , contratada apenas un día antes del suceso, se había «esfumado» poco antes del robo y permanecía ilocalizable. Con todo, no tardaron en localizarla. Además, comprobaron que ya estaba en busca por un suceso similar en Parla y que estuvo imputada en otra operación policial, en la que se desarticuló a una banda que, en aquella ocasión, se servía de prostitutas para robar en casas.
Finalmente, la Policía averiguó que la banda –cinco personas detenidas– había realizado presuntamente un total de cinco robos. Además, también causaron graves heridas a uno de los inquilinos que trató de defenderse. Antes del suceso de Aravaca, los agentes comprobaron que una de las detenidas no sólo robó en la casa de un anciano impedido en una silla de ruedas; tras el «golpe», le dejó sólo durante más de 15 horas. Los vecinos, alertados por sus gritos, avisaron finalmente a los autoridades.
Fuentes policiales afirmaron a LA RAZÓN que este modus operandi resulta «novedoso». Y es que, si bien es cierto que no son pocas las denuncias que presentan los inquilinos respecto a presuntos robos por parte de sus empleadas, no es usual que las bandas organizadas se sirvan de éstas con fines delictivos. Sin embargo, sí hay un precedente. La Policía Nacional arrestó en 2011 en tres localidades murcianas a diez personas involucradas en una red que saqueaba viviendas. El procedimiento era similar: los falsos empleados suministraban información a los ladrones.
«Sí es cierto que se reciben varias denuncias al mes de personas que afirman haber sido robados por sus empleados. Sin embargo, nunca lo hemos relacionado con una banda organizada», explica a este diario Alfredo Perdiguero, secretario general del Sindicato Independiente de Policía (SIPE). Esta estrategia criminal sale, además, rentable para los ladrones. «Apenas conlleva gastos económicos, ni desgaste físico o psíquico. Sólo un pequeño estudio de campo», dice. Por otra parte, cree que habría que averiguar si esta banda «amenazaba de algún modo a las empleadas que trabajaban anteriormente en la casa para que la abandonaran».
Ingenuidad
Graciela Gallego, portavoz de la plataforma Servicio Doméstico Activo, se lamenta de la «mala reputación» que causan sucesos como el conocido ayer. Ahora bien, sin querer disculpar a las cómplices de los robos, explica que a «los empleadores les faltó sentido común». ¿El motivo? Que a las detenidas no les importara trabajar por un «sueldo precario». «Una persona que sabe cuáles son sus derechos y obligaciones no actúa así. Sabe cuál es su salario mínimo», asegura Gallego. Ahora bien, también es verdad que su colectivo es «muy vulnerable, pues la mayoría somos inmigrantes. Algunos aceptan la esclavitud pura».
Sobre la situación de su sector, considera un «paso gigantesco» el Real Decreto que, a finales de 2011, regularizaba la situación de las empleadas del hogar, sobre todo porque el servicio doméstico era un asunto «que no se había abordado en los últimos 20 años». Con todo, consideran que tiene «muchas lagunas». Esta ley, dice, está pensada para aquellas empleadas que trabajan ocho horas diarias, que cobran el salario mínimo interprofesional –642 euros al mes–. «Sin embargo, se les olvidó que muchas trabajan las 24 horas, pues tienen que cuidar a personas mayores, con alzheimer, etc. El trabajo doméstico abarca muchos casos, y todos se metieron en el mismo saco», dice. Por otro lado, critica la situación de las trabajadoras discontinuas –aquellas que tienen varios empleadores–, las cuales, debido al último Real Decreto 29/2012, deben asumir los costes de la seguridad social. Ahora, esta asociación espera que llegue el año 2019, momento en el que su situación se equiparará al régimen general y dejará de ser un «sistema especial», como lo es actualmente.
Una fuente de economía sumergida
Según la Encuesta de Población Activa (EPA), alrededor de 600.000 personas, la mayoría mujeres, se emplean en labores de mantenimiento doméstico y cuidado del hogar. Sin embargo, sólo 374.604 figuraban afiliadas al Sistema Especial de Empleados del Hogar, mientras que otras 3.823 continuaban adscritas al ya extinto Régimen Especial, lo que supone que cerca de un 38% de las que trabajan actualmente en España forman parte de la economía sumergida, pues no hay constancia de que hayan regulado su situación. Además, al no haber aflorado estos puestos de trabajo de la economía sumergida, se calcula que la pérdida en concepto de recaudación alcanzará en torno a los 63 millones de euros al año.
ASÍ DEBE CONTRATARSE EL SERVICIO
1.- Por escrito
Es obligatorio hacer por escrito el contrato a tiempo parcial –cuando se va a trabajar menos de 40 horas semanales–. También si es un contrato temporal de cuatro o más semanas.
2.- Nómina
El empleador tiene la obligación de entregar, además del sueldo, una nómina cada mes. Por ello, la trabajadora tiene derecho a exigirla. Si no, puede denunciarlo a Inspección de Trabajo.
3.- Agencias de colocación
Sólo son legales las que tienen autorización del INEM para funcionar. Es ilegal que la agencia se lleve un porcentaje del salario mensual o que cobre una indemnización.
4.- Jornada máxima
La jornada máxima semanal es de 40 horas de trabajo para las empleadas externas e internas. Con todo, la Ley autoriza un tiempo de «presencia» que no podrá exceder de 20 horas semanales.

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