PEDRO DE TENA
Dependiendo de la importancia política
de los imputados por los ERE puede producirse una crisis de Gobierno en
Andalucía.
Andalucía, junto con Extremadura,
Castilla la Mancha y Murcia, son el pelotón de cola del progreso español, según
muestran los estudios de desarrollo humano desde 1930. El caso andaluz añade la
peculiaridad de haber sido la gran esperanza liberal del siglo XIX. En la
primera mitad de ese siglo, un impulso liberal y emprendedor condujo a que
Andalucía fuese la cuna del primer alto horno e incluso de las primeras
fábricas textiles sin olvidarnos de su próspera banca en las provincias de
Málaga, Sevilla y Cádiz.
Posteriormente, el proteccionismo hacia
Cataluña y el País Vasco, la desidia de sus clases poseedoras y una voluntad
política nacional incapaz de equilibrar las injusticias presupuestarias
lastraron la historia de una región que debería haber sido una de las más
importantes de España por extensión, por identidad propia –la más intensa de
España para Ortega–, por recursos, por geoestrategia e incluso por capacidad de
trabajo e iniciativa.
Monarquía, repúblicas y franquismo no
fueron solución alguna para Andalucía. La gran esperanza andaluza se depositó
en la democracia. La gran manifestación del 4 de septiembre de 1977 por la
libertad, la amnistía y el Estatuto de Autonomía dio forma a un afán decidido
de convergencia en derechos, deberes, libertades y oportunidades con las
regiones más desarrolladas de España y Europa. Era la respuesta ciudadana a una
situación inmerecida.
La aprobación de la Constitución
democrática de 1978 y el primer Estatuto de Autonomía de 1981 permitían aspirar
a un horizonte cualitativamente diferente.
Le correspondió a dos gobiernos
socialistas, el andaluz y el español, ambos democráticamente elegidos en 1982,
hacer realidad la aspiración andaluza de equipararse con las demás regiones de
España, contando para ello con presupuestos propios, con la solidaridad
derivada de los españoles vía presupuestos generales y desde 1986, con las
subvenciones aportadas por la Europa común que han representado más del 10 por
ciento anual de los presupuestos andaluces.
Dicho de un modo numérico, a lo largo de
treinta años Andalucía ha dispuesto de más de 600.000 millones de euros, 100
billones de pesetas, en presupuestos ordinarios, más otros 80.000 millones de
euros, otros 13 billones más, en solidaridad europea.
Ocupación del cortijo
Sin embargo, el PSOE andaluz, dominado
por los triunfadores de Suresnes, decidió que todo lo que no fuera afianzar su
poder político era secundario. Heredero de una tradición que ha despreciado la
democracia liberal por formal, decidió aprovechar su mayoría absoluta para
consolidar un régimen de poder mediante la ocupación inmisericorde de la nueva
administración andaluza, de los presupuestos públicos, sus subvenciones y
adjudicaciones, de las Cajas de ahorro, de la sociedad civil, incluyendo
sindicatos y organizaciones empresariales, de los medios de comunicación y, por
resumir, de los servicios públicos básicos, educación y salud, sobre
todo.
Políticamente, succionaron el
andalucismo de Blas Infante de las arterias de los sucesivos partidos de
Alejandro Rojas Marcos, condenaron a los comunistas, sus socios originales y
–¡lo que son las cosas!–, también actuales al infierno del descrédito
ideológico y calumniaron hasta la extenuación al centro derecha andaluz, restos
de AP y UCD, fraguistas, liberales y democristianos, tildándolos de herederos
del franquismo e identificándolos con el mal absoluto, logrando así impedir una
alternancia política periódica, regla de oro de toda democracia sana. El PSOE
funcionó como un nacionalismo encubierto que, envuelto en la bandera andaluza,
identificó su partido con Andalucía excluyendo a todos lo demás hasta que las
circunstancias le obligaron a pactar con el PA y, ahora, con IU.”
El resultado práctico de su régimen ha
sido el fracaso histórico. Andalucía sigue en el pelotón de cola del bienestar
en la España democrática y el deterioro de sus instituciones a causa de la
extensión e intensidad de la corrupción política, muy sobre todo de la
izquierda y de los sindicatos de su órbita, UGT y CC.OO, está alcanzando
niveles críticos.
¿Qué va a pasar en Andalucía? Tras el
fracaso del PP en conseguir la victoria electoral en marzo de 2012 vivimos la
descomposición de un régimen al que los comunistas camuflados en Izquierda
Unida auxilian porque pretenden sacar tajada electoral dejando al PSOE en los
huesos políticos en una operación de calado que puede serles fatal. Dado que el
andalucismo político se ha hundido y que nuevas fuerzas políticas no terminan
de cuajar ni de nacer, el futuro inmediato sigue siendo o victoria del PP o más
régimen y más descomposición.
El horizonte judicial trazado por casos
como el de los ERE, entre otros muchos puede tener gravísimas consecuencias
políticas, incluso nacionales, de producirse la imputación de reconocidas
personalidades del PSOE andaluz y de sus apéndices sindicales, que ya está a la
vuelta de la esquina.
Dependiendo de cual sea la estatura
política de los imputados podría producirse una crisis de gobierno si IU
certificara que seguir apoyando al régimen social-sindicalista sería fatal para
sus intereses de crecimiento. En tal caso, podrían anticiparse las elecciones
andaluzas.
Sin Arenas
Incluso los más sesudos y críticos
socialistas reconocen que es preciso que en Andalucía se produzca la
alternancia política. ¿Cuál es el problema? El gobierno del PP que representa
Mariano Rajoy ha sufrido un serio desgaste de imagen y credibilidad que se une
al desconcierto y falta de liderazgo producido por el destierro inexplicado de
quien fue el líder natural del centro derecha andaluz en los últimos 16 años,
Javier Arenas. Las encuestas más serias no sólo no le auguran una victoria,
sino que le pronostican otra derrota.
En Andalucía, la esperanza de
transformar el régimen heredado del socialismo, caricaturizable en Paro + ERE,
en una sociedad democrática, más liberal y abierta, dotada de una sociedad
civil fuerte y autónoma del poder político y capaz de converger con los índices
de bienestar de las mejores regiones españolas y europeas, tendrá que esperar.
Y créanme, nada me gustaría más que equivocarme.
Pedro de Tena es periodista, colaborador de Libertad
Enlace articulo original: http://www.intereconomia.com/noticias-gaceta/politica/los-agujeros-negros-cortijo-socialista-20130626
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