Padre
Mario Pezzi Artículos temáticos
Necesaria preparación del matrimonio en
la etapa del noviazgo [35]
Para que el «Sí» de los esposos sea un acto libre y
responsable, y para que la alianza matrimonial tenga fundamentos humanos y
cristianos, la preparación para el matrimonio es de primera importancia: el
ejemplo y la enseñanza dados por los padres y por las familias son el camino
privilegiado de esta preparación. El papel de los pastores y de la comunidad
cristiana como «familia de Dios» es indispensable para la transmisión de los
valores humanos y cristianos del matrimonio y de la familia, y esto con mayor
razón en nuestra época en la que muchos jóvenes conocen la experiencia de
hogares rotos que ya no aseguran suficientemente esta iniciación.
«Los jóvenes deben ser instruidos adecuada y oportunamente
sobre la dignidad, tareas y ejercicio del amor conyugal, sobre todo en el seno
de la misma familia, para que, educados en el cultivo de la castidad, puedan
pasar, a la edad conveniente, de un noviazgo vivido honestamente al matrimonio»
(CEC 1632).
A la preparación próxima del matrimonio pertenece de una
manera especial la elección de consorte, porque de aquí depende en gran parte
la felicidad del futuro matrimonio, ya que un cónyuge puede ser al otro de gran
ayuda para llevar la vida conyugal cristianamente o, por lo contrario, crearle
serios peligros y dificultades. Para que no padezcan, pues, por toda la vida,
las consecuencias de una imprudente elección, deliberen seriamente los que
desean casarse, antes de elegir la persona con la que han de convivir para
siempre, y en esta deliberación tengan presente las consecuencias que se
derivan del matrimonio, en orden, en primer lugar, a la verdadera religión de
Cristo, y además en orden a sí mismo, al otro cónyuge, a la futura prole y a la
sociedad humana y civil. Imploren con asiduidad el auxilio divino, para que
elijan según la prudencia cristiana, no llevados por el ímpetu ciego y sin
freno de la pasión, ni solamente por razones de lucro o por otro motivo menos
noble, sino guiados por un amor recto y verdadero, y por un afecto leal hacia
el futuro cónyuge, buscando además en el matrimonio aquellos fines para los
cuales Dios lo ha instituido. No dejen, en fin, de pedir para dicha elección el
prudente y tan estimable consejo de sus padres, a fin de precaver, con el
auxilio del conocimiento más maduro y de la experiencia que ellos tienen en las
cosas humanas, toda equivocación perniciosa, y para conseguir también más
copiosa la bendición divina prometida a los que guardan el cuarto mandamiento:
«Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento que va acompañado
con recompensa) para que te vaya bien y tengas larga vida sobre la tierra» (Pío
XI, Casti Connubii).
Enlace articulo original: http://www.catequesisenfamilia.org/novios/articulos-tematicos/2151-catequesis-sobre-la-familia-el-noviazgo-iii.html
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