La ex ministra Magdalena Álvarez es vicepresidenta del
Banco Europeo de Inversiones (BEI) desde julio de 2010
Rodrigo Pinedo.
En julio de 2010, la ex ministra de Fomento Magdalena
Álvarez fue elegida vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI) en
sustitución del portugués Carlos da Silva Costa –que fue nombrado gobernador
del Banco de Portugal–, ya que España y Portugal se turnan para ocupar una
plaza en el Comité de Dirección del organismo. Desde entonces, ha ejercido de
responsable de Redes Transeuropeas, con competencia en asuntos relativos a
redes de transporte, igualdad de oportunidades y financiación en España, Portugal,
América Latina y Asia, y con el encargo de dirigir el Insitituto BEI.
Al ocupar una de las ocho sillas de vicepresidente del
Comité de Dirección del banco, Álvarez tiene derecho a un sueldo equivalente al
de los vicepresidentes de la Comisión Europea, que perciben casi 24.000 euros
mensuales más dietas. En concreto, tienen un salario base de 22.963,55 euros al
mes sujeto a un impuesto comunitario, al que hay que sumar unas dietas por
residencia del 15% del sueldo y unos gastos de representación de 991,38 euros
cada mes. El presidente del comité, el alemán Werner Hoyer, recibe una suma
algo superior, pues tiene un salario como el del presidente de la Comisión
(25.351,76 euros mensuales, más dietas de residencia del 15% del sueldo y
gastos de representación de 1.418,07 euros al mes).
El propio BEI afirma que el Comité de Dirección es el
órgano ejecutivo permanente de la institución y que asume colegiadamente la
gestión del banco, preparando las decisiones del Consejo de Administración y
garantizando su ejecución, especialmente en lo que concierne a las operaciones
de empréstito y de préstamo. En contraste, fuentes cercanas al BEI consultadas
por LA RAZÓN explican que el trabajo de los vicepresidentes es más una cuestión
de imagen y que tienen un buen nivel de vida. De hecho, esas mismas fuentes
aseguran que han visto a Álvarez asistir a varias reuniones celebradas en
martes acompañada de un intérprete por sus escasos conocimientos de inglés y
que voló a Luxemburgo en la compañía aérea Luxair, que suele tener tarifas más
caras. Además, en alguna ocasión habría dormido en el hotel Sofitel Luxembourg
Europe, un establecimiento de cinco estrellas situado cerca de las
instituciones europeas y que oferta habitaciones de entre 100 y 250 euros la
noche.
De acuerdo con la declaración de bienes y rentas que
la propia Álvarez ha presentado ante el BEI, aparte de ejercer de
vicepresidenta del banco, la ex ministra no ocupa ningún otro puesto en
fundaciones o instituciones educativas. Tampoco podría trabajar en ninguna empresa,
ya que el Código de Conducta de los miembros del Comité lo prohíbe
expresamente. En la declaración de bienes y rentas también aparece que su
marido, Juan Manuel González-Aurioles, no tiene actividad profesional. Sin
embargo, en el Registro Mercantil figura como apoderado de la sociedad Emgrisa
(Empresa para la Gestión de Residuos Industriales S.A.) y su subsidiaria
Desorción Térmica S.A., participadas ambas por la SEPI. Es más, aunque González
Aurioles ha ocupado diversos puestos en Emgrisa, hace un par de años hubo
polémica por su ascenso a consejero coincidiendo con la presencia de su mujer
en el Gobierno.
Asimismo, Álvarez reconoce en la declaración que tiene
un seguro de vida, depósitos bancarios y un fondo de pensiones, así como
apartamentos en Sevilla, Madrid, Estepona (Málaga) y Málaga, una casa en
Benalmádena (Málaga) y siete plazas de aparcamiento.
Ahora, su imputación en el «caso de los ERE» por la
posibilidad de que permitiera «el dispendio continuado de fondos públicos»
cuando era consejera de Economía de Andalucía, podría trastocar su situación.
De momento, sólo está imputada y el BEI no ha querido pronunciarse, pero el
Código de Conducta del banco exige a sus miembros que respeten la Ley, que
mantegan una actitud digna e irreprochable y que eviten comportamientos que
puedan avergonzar a la institución. A estos principios se incorporan los
propios de otras instituciones europeas como la Comisión, cuyo código enlaza
con el TFUE y fija que los comisarios que cometan faltas de conducta graves
podrán ser cesados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario