domingo, 28 de abril de 2013

Con «c» de culpable


El torero en su finca Yerbabuena

Rosetta  Forner . 
Normalmente, nadie coge el coche con la intención de empotrarse contra otro vehículo y causarle daño a un ser humano. 
Uno puede accidentalmente chocar contra un muro o un vehículo de manera involuntaria. No es lo mismo lanzar a propósito un vaso contra el suelo que se nos caiga de las manos y se rompa. 
Empero, todos somos –o deberíamos serlo– lo suficientemente maduros como para saber que, cuando uno se pone al volante ha de asumir que tanto la máquina como el conductor deben estar en buen estado, pues se juega la vida propia y la de otros. Freud sostenía que los accidentes no ocurren por casualidad sino que son deseos inconscientes de morir. 
Consecuentemente, haríamos bien en ventilar y resolver nuestros problemas de manera saludable para nosotros y el resto de nuestros semejantes: si uno quiere romperse la crisma, que se la rompa, pero que no se lo haga pagar a un inocente. El coche es una máquina que puede romperse. Sin embargo, si quien lo conduce tiene los cinco sentidos bien puestos quizá pueda evitar un accidente de consecuencias nefastas. Somos responsables de nuestros actos, nos guste o no. Ortega Cano es responsable de su conducta, que sea o no culpable, eso debe decirlo un juez. 
Objetivamente, la responsabilidad nos alcanza a todos. Si él no fuese quien es, ¿habría recibido la misma condena? A nadie nos deberían juzgar teniendo en cuenta si somos o no famosos, sino como ciudadanos de derecho y de responsabilidad. Conducir ebrio o cansado, entre otras cosas, no tiene justificación. 
La vida es el don más preciado que tenemos. 
Demasiadas personas pierden la vida por culpa de un conductor «suicida» consciente o inconsciente. Si cuando alguien causa la muerte a un semejante en un accidente de coche por imprudencia temeraria diversa no se le pasa la «factura judicial» correspondiente podría ser tomado como que, indirectamente se aprueba y fomenta la irresponsabilidad. 
Se debe juzgar la conducta no al conductor. Responsable, sí. Y que asuma las consecuencias sea quien sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario