Antonio Tejero Molina/Remitido.- Está
llegando un momento en nuestra Patria, que si no se actúa rápidamente nos
encontraremos con una España además de pobre, rota. Y la verdad es que si
esperamos contar con la clase política para que lo arregle, va siendo una
utopía cada vez mayor.
Desde que murió el Generalísimo Franco, tras
regalar el reino de España a Juan Carlos de Borbón, empezó el desastre. Este se
inició ya con Suarez, debido a la paulatina entrega de nuestra herencia a los
mangantes que la esperaban para destrozarla; como así lo hicieron, hasta que
consiguieron convertir a la novena potencia industrial del mundo en una nación
a punto de perder su soberanía, ya que puede que sea intervenida por potencias
extranjeras, muchas de las cuales pertenecieron al imperio español, cuando en
España nacían hombres de verdad.
Estos individuos se atrevieron a redactar una
constitución donde se cambio nuestro mapa político, construyendo uno a la
carta, creando unas llamadas autonomías, precursoras de unos separatismos que
son las que ahora nos están anunciando a bombo y platillo sus ansias de
independencia, sin que haya la menor reacción contra los que las abanderan.
Continuaron apoderándose de nuestro dinero, de tal forma que nos han dejado más
que en la ruina, endeudados hasta los ojos, mientras que ellos han amasado
miles de millones; millones que han robado a las clases humildes y a la clase
media, y ahora nos obligan a pagar sus latrocinios consentidos, ya que ninguno
de estos ladrones ha devuelto ni un céntimo del dinero mal adquirido.
Más tarde quitaron a España su dignidad, ya
que en el mundo no pinta nada, se ríen de nosotros, y muchos se alegran de lo
que nos sucede. ¡Qué bien lo han preparado nuestros ancestrales enemigos! Todas
las democracias abanderan libertades, pero en la española se ha convertido en
libertinaje. Hay libertinaje en las calles, en los colegios, en las
universidades, en nuestra mal llamada cultura y también en contra de nuestras
más hondas creencias históricas y religiosas, hasta tal punto que han
despertado en mí y en muchos otros, un sentimiento de envidia hacia los pueblos
que defienden su religión, e igualmente hacia los ciudadanos que escuchan con respeto
y con la mano en el pecho su himno nacional.
En nuestra Patria se anuncia que una masiva
reunión de mal nacidos vascos y catalanes iban a hacer una pitada en el campo
de futbol mientras sonara nuestro himno nacional, y se les dejó entrar en el
campo con los silbatos permitiéndoles que los usaran, hasta ahogar nuestro
himno, y lo hacen en presencia del rey y de toda su corte que aguantaron
flemáticamente el abucheo; siguió el partido ¡y allí no pasó nada¡ Los medios
de comunicación llegaron a defender la postura de aquellos energúmenos,
invocando una libertad de expresión constitucional. ¡De vergüenza¡
Este es un problema patrio, y comprendo
perfectamente que aquel que sufre con el económico, no tenga ni tiempo, ni
ganas de preocuparse de los sueños de independencia de aquellos que dicen no
sentirse españoles, y que sin contar con el resto de sus conciudadanos intentan
desgajar unilateralmente un trozo de la Patria.
Aquellos a quienes le han quitado lo más
esencial de sus vidas, como es el trabajo el pan y la vivienda, en lo único que
piensan, mientras esperan en las colas del INEM, en las de caritas o en el
anunciado desalojo de sus casas, es en buscar soluciones para sus vidas y las
de sus hijos, además de despotricar contra los causantes de su situación.
Mientras tanto, el gobierno, dando recortes y
más recortes a las economías más débiles, a fin de sostener con ellos a quienes
nos han endeudado de por vida robando y malgastando sin piedad, así como a esos
diecisiete gobiernos autonómicos además del central; y lo que es peor, a esos
sindicatos para que no tengan apuros económicos a la hora de preparar huelgas
generales que tanto ayudan a la nación, y para cerrar esas compensaciones a los
partidos políticos que amparados en una nefasta ley electoral son los causantes
de muchos de nuestros males.
Me gustaría poder calcular los miles de
millones que se ahorrarían, si las dichosas autonomías pasaran a ser solo
diputaciones potenciadas, aunque sin cesiones de aquellas competencias que solo
deberían pertenecer al Estado, sobre todo la educación, la sanidad y la
justicia. Son incontables los paniaguados que viven del cuento autonómico, así
como la cantidad de empleos, edificios, embajadas, consultores, vehículos,
diputados, dietas, etc… que no sirven en la mayoría de los casos más que para
alimentar votantes seguros.
¡No¡ No nos podemos imaginar el chorro de oro
que eso cuesta, y que si se redujera a lo que debiera de ser, se acabarían las
penurias por las que hemos pasado y pasan los humildes y la clase media; además
al haber créditos podría dar trabajo la mediana empresa, que es la base de la
nación. También se lograría que acabase la permisividad de que gozan las
autonomías. En las escuelas no se inculcaría el odio y el desprecio a todo lo
español, que hasta hoy ha sido permitido por los gobernantes. Desgraciadamente,
esto tal y como está todo, es un sueño, porque ni el gobierno, ni el rey, como
árbitro constitucional, tienen el valor y la equidad necesaria para acabar con
este despilfarro económico, así como tampoco lo tienen para ilegalizar a
partidos etarras que ya están gobernando en Vascongadas, gracias a la decisión
del Tribunal Constitucional, ni con el separatismo vasco y catalán.
Todos los separatistas, creados a base de
permisividad gubernamental, estarán viendo con placer como se aplauden
mutuamente Arturo Mas y Otegui, que ya tienen encargadas sus coronas de reyes
independientes. ¡Ah¡ Juan Carlos tendrá que mandar arreglar la suya
achicándola.
Mientras estas cosas ocurrían, Mariano soñaba
con Merkel con la tijera en la mano, y el rey de cacería de elefantes o de lo
que sea, aunque más bien de lo que sea; y una vez conocida su escapada,
ensayando la mejor forma de pedir perdón a los españoles, con cara de niño
cogido en falta y prometiendo que no lo haría más… sin comentarios.
Tanto el gobierno, como el rey, la milicia y
todos los españoles hemos contemplado durante años y años como, a cambio de
unos votos oportunos, cada vez se llevaban más dinero y más competencias los
separatistas, y no importaba que estuvieran preparando la independencia,
intentando borrar a España, y a todo lo español, de su mapa autonómico…y todos
tan contentos. ¿Y ahora que?
Por todo ello, por lo que deberíamos aprender
de los izquierdosos. Es un crimen que un puñado de facinerosos se coman nuestro
dinero, otros maten a nuestra gente, y se les premie dándoles un gobierno y
encima quieran acabar con España; una obra de más de quinientos años y que de
ninguna manera pueden disponer de ella, porque no es suya,
La desilusión en las instituciones es total,
aunque muchos no lo manifiesten, pertenece a todos los que somos, a los que han
sido y a los que serán. Pero aunque parezca mentira, lo están consiguiendo con
la complicidad de la mayoría.
Que Dios nos ayude, y que confunda a los
pasotas, a los cobardes y a los traidores, que han consentido y consienten el
latrocinio, la injusticia, la traición y la desvergüenza en nuestra Patria…..y
añado, que si esto es una monarquía parlamentaria, una democracia y un estado
de bienestar, quiero borrarme de todo, porque es una puñetera mentira.
*Teniente coronel de la Guardia Civil
Expulsado del ejercito por el 23-F.
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