EXCLUSIVA DE 'EL GATO AL AGUA'
GACETA.ES
El ex secretario de Estado de Seguridad da a conocer
polémicos detalles sobre la guerra sucia contra ETA y acerca del 'juez
estrella', Baltasar Garzón.
La publicación del libro de memorias del
ex presidente del Gobierno Alfonso Guerra ha sido el momento esperado
por el ex secretario de Estado de Seguridad Rafael Vera para decidirse a
contar algunos controvertidos detalles de la guerra sucia que
protagonizó el GAL contra el terrorismo de ETA, así como sobre las ambiciones
del juez Baltasar Garzón y la veracidad de los hechos narrados sobre
este último en la obra de Guerra.
En declaraciones exclusivas a la
tertulia política líder de Intereconomía TV, El Gato al Agua, Vera
aseguró que el GAL “fue heredado de Gobiernos anteriores” y que “tuvo
alguna utilidad, ya que levantó la moral de las Fuerzas de Seguridad y
acrecentó la preocupación de las autoridades francesas”, lo que provocó que el
país vecino fuese consciente del problema que sufría España. Precisamente
consideró fundamental la ausencia de ese apoyo galo en los motivos que
provocaron la aparición de la guerra sucia: el GAL “no habría existido” si
hubiese habido una correcta “colaboración antiterrorista con Francia”. En el
marco de las negociaciones bilaterales entre ambos países, Vera explicó que “en
un viaje a París” le sugirieron que “era mejor hacer los Juegos Olímpicos de
Barcelona en Francia para combatir a ETA”.
El ex secretario de Estado de Seguridad
también subrayó que el mérito en el fin de la guerra sucia fue suyo,
puesto que él hizo esfuerzos “para que se acabase” cuando se dio cuenta de que el
GAL se había “desmadrado”.
Según Vera, cuando él llegó al
ministerio se encontró con una situación “durísima” que no desea a nadie,
puesto que aquello parecía “el salvaje oeste” y los guardias civiles “no tenían
ni coches blindados”. La banda terrorista “los mataba como a moscas, como
a chinches", explicó gráficamente. Sin embargo, lo que buscaban era
reducir al máximo el número de asesinados por ETA, por lo que el dinero no era
un problema.
Vera también consideró que la situación
actual del terrorismo en España es de “paz precaria” porque la banda
terrorista no ha entregado las armas. Además, hay que tener en cuenta que el
brazo político de ETA ya está presente en multitud de instituciones
públicas del País Vasco y Navarra.
En cuanto a cómo ha ido evolucionando
este asunto, el ex secretario de Estado de Seguridad pidió al Gobierno que, del
mismo modo que hay etarras que salen de la cárcel antes de tiempo o
disfrutan de permisos que no cuentan en absoluto con la aprobación de gran
parte de la sociedad, se debería permitir que regresasen a los Cuerpos de
Seguridad los guardias civiles y policías apartados por supuestas torturas
a presos etarras y otros asuntos relacionados con el terrorismo.
Colaboración judicial con ETA
Otro detalle polémico que dio a conocer
Vera en El Gato al Agua fue que, gracias a un micrófono que se quedó
abierto, varios guardias civiles fueron testigos de que una juez de guardia
quiso ayudar a un comando terrorista.
Sucedió tras la detención de varios
terroristas en un pueblo guipuzcoano por pertenecer a un comando etarra. Cuando
fueron interrogados en el cuartel de Intxaurrondo (San Sebastián), llegó
una juez de guardia y quiso quedarse a solas con ellos. Al reproducir la
grabación de la cinta, los agentes escucharon la conversación. En ella, la juez
les dijo a los terroristas: “Decidme a quiénes hay que avisar para que se
vayan”. Lo cierto es que, como recordó, es curioso que, en el País
Vasco, “ETA nunca haya atentado contra jueces y fiscales”.
El ambicioso Garzón
Un asunto que también ha tenido gran
repercusión en los medios de comunicación han sido las declaraciones de Vera
acerca del juez Baltasar Garzón –hoy inhabilitado tras ser condenado por
prevaricación–, sobre el que confirmó que sí cobró en B del Ministerio de
Defensa cuando se pasó a la política en los años noventa. “No puedo
desmentir al señor Guerra porque lo que escribe ahí es cierto. Garzón, cuando
pidió la excedencia en la Audiencia Nacional para pasar a la vida política,
pidió al Partido Socialista que le pagasen los emolumentos que iba a perder como
juez, que se los pagasen a través del partido. El partido dijo que estaba de
acuerdo pero, cuando llegó la hora de pagarlos, él exigió que se pagase en B
aquel dinero”, dijo Vera.
Según el ex secretario de Estado para la
Seguridad, entre los años 1986 y 1994, “entonces el partido no podía pagar en B
aquel dinero porque aquellas cuentas estaban controladas y era imposible”.
“Creo recordar que aquello lo sustituyó desde la Presidencia del Gobierno
con fondos reservados del Ministerio de Defensa”, afirmó Vera, quien añadió
que desde el Ministerio del Interior no estaban “dispuestos a pagarlo”.
Asimismo, Vera confirmó que al juez
estrella “le pagaron los sueldos y el alquiler de un pequeño local que le
habilitaron para el seguimiento de la campaña electoral”, y recordó que cuando
Garzón era juez en la Audiencia Nacional, llegó a recibir hasta “2 millones
de pesetas (12.000 euros) al mes para gastos propios y de seguridad”
por parte del Ministerio del Interior, un dinero proveniente de “los fondos
reservados”. "Él se erigió en cajero y administrador" de ese dinero,
pero “nosotros no controlábamos cómo se distribuía”, aseguró el que fue número
dos del Interior en la etapa del Gobierno socialista de Felipe González.
Acerca del afán de protagonismo de
Garzón, Vera destacó que “estaba encaprichado con la Seguridad del Estado”
y por eso disfrutaba montándose “en coches con sirenas y en helicópteros” o
acudiendo a detenciones con gran despliegue policial “a las que no tenía por
qué ir”. “Le llenaba de gozo que los medios de comunicación estuviesen
presentes y cubriesen sus casos”, añadió.
Igualmente, recordó que el juez
estrella se desplazó hasta la República dominicana, donde también
viajó en helicóptero, con dinero de los fondos reservados. Esa obsesión por
tener disponible dicho dinero estuvo presente en él incluso cuando su cargo era
el de delegado Antidroga. Ya entonces aspiraba a alcanzar logros políticos
mayores pero, como no lo consiguió, desarrolló una especial animadversión
hacia quienes, en su opinión, se lo impidieron. Vera lo explicó así: “Empezó
por mi secretario particular y lo metió cinco meses en la cárcel. Pero yo
sólo era un peldaño más hacia su objetivo principal: el ex presidente del
Gobierno Felipe González”.
Los nuevos datos de Sánchez Fornet
El eco de sus declaraciones también
provocó que saliesen más datos a la luz. Por ejemplo, el secretario general de
Sindicato Unificado de Policía, José Manuel Sánchez Fornet, aseguró que todo lo que contó Vera en El
Gato al Agua es verdad. "De lo que yo sé, todo lo que
ha dicho hasta ahora Vera es cierto. Que le pregunten si González
y el Rey conocían la guerra sucia del GAL", escribió en Twitter.
Y publicó otro llamativo titular:
"No había pensado yo que si ya ETA no está igual podemos contar cosas que
se han hecho para combatirla. Quizás se pueda explicar por qué se vendió
explosivo a ETA en dos ocasiones desde la Policía con Gobiernos de Aznar”.
Respecto a Garzón, Sánchez Fornet dijo:
"Tras ser nombrado Garzón delegado del Plan contra las drogas fui a verlo
con el comisario José Manuel Sánchez García (q.e.p.d.). Nos expuso el
plan que ha dicho Vera y le dijimos que no se lo permitirían nunca. Dijo
tener la palabra del número uno y que recurriría a él, en alusión a González. Y
recurrió, pero no consiguió nada. Aunque, cuando pasó eso, el ministro era
Belloch y Vera hacia un año que no estaba".