Juan Pedro Quiñonero
/ Corresponsal en París
AFP
Vista
parcial de la manifestación de ayer en París contra la ley del matrimonio gay
Las
asociaciones contrarias al matrimonio homosexual no se reconocen en los
partidos parlamentarios de centro, derecha y extrema derecha. Y se consideran
víctimas de un proceso de «diabolización» que oculta la verdadera naturaleza de
su movimiento: la emergencia de una nueva derecha sociológica que aspira a defender
sus valores allí donde nadie los defiende.
La
inconclusa campaña contra el matrimonio homosexual en Francia ha revelado la
importancia excepcional de esas nuevas capas sociales, que no siempre se
reconocen en la Unión por un Movimiento Popular, (el partido de Sarkozy)
ni en el Frente Nacional (extrema derecha) de Marine Le Pen, pero se han
tirado a la calle con motivo de la campaña de la asociación de La Manif pour
Tous (LMPT), en la que se han integrado franceses de muy distinta
sensibilidad, unidos por «la defensa de ciertos valores» y el carácter
«apolítico» de su asociación.
A la
pregunta «¿Piensa LMPT convertirse en un partido político, con otro nombre?»,
su portavoz, Frigide Barjot, responde: «No. Nuestro movimiento es
apolítico. Vamos a seguir defendiendo nuestros valores allí donde no sean
defendidos por los partidos políticos tradicionales».
Poder de convocatoria
«La ley que
aprueba el matrimonio homosexual -añade- ha dejado al descubierto las
divisiones de la UMP, la derecha tradicional. El FN tampoco defiende nuestros valores. Con lo
cual, presentaremos nuestros candidatos en las próximas elecciones municipales,
allí donde los candidatos de la derecha y la extrema derecha no defienden los
valores que a nosotros nos parecen esenciales, sobre la familia, sobre
la adopción, sobre la procreación médica asistida. En el terreno
económico, la izquierda y la derecha dicen cosas que se parecen, con
frecuencia. Pero hay una fractura social importante en las cuestiones de
sociedad. Nosotros vamos a defender esos valores».
Durante el
último semestre, la campaña contra la aprobación del matrimonio homosexual ha
revelado que una pequeña asociación, como LMPT, ha sido capaz de conseguir
movilizaciones mucho más grandes que las de la UMP y el FN. Centenares de
miles de franceses se han manifestado pacíficamente, desde hace meses,
convocados por esta pequeña asociación de nuevo cuño: en LMPT militan y trabajan
juntos católicos tradicionalistas, católicos sociales, musulmanes
tradicionales, homosexuales y lesbianas hostiles al matrimonio.
¿Cómo pueden
trabajar juntos en un mismo proyecto político, social, un padre de familia
católico y una joven musulmana soltera, que tiene muchas amigas que llevan
velo? Antoine Renard, presidente de la Asociación de asociaciones
católicas francesas, responde de este modo: «Los católicos tenemos nuestras
convicciones. Los musulmanes tienen las suyas. Tenemos en común nuestro
respeto de la familia. Y ese principio espiritual, moral, nos permite
colaborar en defensa de esos principios básicos».
Batería de argumentos
En LMPT
también militan sindicalistas católicos, muy activos en la lucha social, pero
muy sensibles a la dimensión moral de los temas de sociedad. Joseph
Thouvenel, vicepresidente de la CFTC (sindicato de trabajadores católicos),
subraya este punto sensible de las batallas en curso: «Hay algo odioso,
insoportable, en el tono de algunos analistas, cuando han llegado a tratar de
“nazis” a algunos de los miembros de nuestra asociación. Yo mismo pertenezco a
una familia de resistentes. Algunos de ellos desaparecieron en los campos de
concentración. La ligereza actual me parece odiosa, trágica. Y es, para mí,
como una espuela para seguir defendiendo los principios morales donde se funda la
primera célula social, la familia, amenazada por el matrimonio homosexual».
¿Hay
lesbianas y homosexuales en el movimiento LMPT? Christophe Martin, homosexual,
portavoz de la asociación Homovox, comenta: «Hay muchas lesbianas y
homosexuales hostiles al matrimonio, por una razón básica. La filiación de
padres a hijos está amenazada con esa ley. De ahí nuestro compromiso y
participación en un proyecto de activismo social que rechaza un tipo de
matrimonio que nos parece inaceptable».
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