Jesús Martín.
Un 19% del Producto Interior Bruto permaneció oculto a
los ojos de Hacienda el pasado año. Son datos del último informe de Visa Europe
dados a conocer ayer y que sitúan a España en la media de los países de Europa,
aunque algo lejos de las grandes economías del continente como Alemania,
Francia o Reino Unido. A España le queda el consuelo de que la situación de
Italia es peor: el 21% de la riqueza nacional esquiva los impuestos. Para
finales de año, Visa Europe espera que la economía sumergida baje cuatro
décimas en términos del PIB, hasta 195.600 millones de euros, el 18,6% del PIB.
¿Cómo es posible que con más de 6,2 millones de
parados y una economía en recesión pueda reducirse el tamaño de la economía
sumergida? La respuesta está en el desplome de la construcción y el sector
inmobiliario. De acuerdo con los datos del estudio, casi la tercera parte de la
facturación de este sector en Europa (exactamente el 31%) no se declara y el 29%
en España.
El informe de Visa Europe pone de manifiesto que en
España las actividades más propensas a «sumergirse» son la construcción, la
hostelería (bares, restaurantes), que «ocultan» el 19% de lo que facturan y el
comercio, que oculta el 18% de lo que vende.
Aceptación social
Para los autores del estudio, uno de los factores que
favorece la existencia de la economía sumergida es el «relativamente alto y
complejo» nivel impositivo para particulares y empresas. Buena prueba de ello
es que las actividades ocultas se concentran en las pequeñas y medianas
empresas. Visa Europe señala también al exceso de burocracia y a la falta de
recursos que se dedican a supervisar las actividades no relacionadas con los no
asalariados y las grandes empresas.
Junto a todos estos datos, y el que el 16% de los
billetes de 500 euros que circulan en la Unión Europea lo hace en España,
existe un factor diferenciador en los países del sur del continente en relación
con los del norte: la economía sumergida y la evasión fiscal se perciben como
algo «normal y de bajo riesgo», es decir, socialmente aceptadas.
Suiza y Austria son los países con menor nivel de
economía sumergida de Europa, con un 7 y un 8% de su PIB, respectivamente. Les
siguen Holanda (9%), Reino Unido y Francia, con el 10%, e Irlanda (12%) y
Alemania (13%). En el otro extremo se encuentran Bulgaria (31%), Rumanía,
Lituania y Estonia (28%) y Turquía (27%). Italia, con el 21%, es la economía
europea más grande con mayor nivel de actividad escondida a la Hacienda
pública.
La economía sumergida se concentra en España en seis
subsectores: transporte (taxis y portes), bares y restaurantes, comercios no
especializados, ventas de automóviles y repuestos, servicios de comedor y
catering, y alojamientos de bajo coste.
Qué hacer
De acuerdo con el informe, en muchos de los casos una
forma de limitar las ventas no declaradas es el uso intensivo de los medios de
pago electrónicos. El Gobierno quiere establecer para todas las
administraciones públicas la obligatoriedad de su empleo a partir del 1 de
enero de 2015.
Una simulación del profesor Friedrich Schneider, de la
Universidad de Johannes Kepler de Linz (Austria) y coautor del estudio, indica
que un aumento del 5% de los pagos electrónicos disminuiría el tamaño de la economía
sumergida en hasta un 3%, que alcanzaría el 9% si el incremento fuera del 15%.
Esto supondría «aflorar» más de 18.000 millones anuales, un 1,8% del PIB.
Para ello quizás haya que incentivar la instalación de
lectores de tarjetas en los comercios pequeños (taxis incluidos), la devolución
de impuestos por el uso de tarjetas u obligar los pagos electrónicos a partir
de un determinado importe.
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