Castro pide detalles a
representantes de empresas de los trabajos remunerados que hizo el duque.
Andreu Manresa Palma de
Mallorca
Los negocios
privados con grandes empresas que cerró directamente Iñaki Urdangarin están
bajo el bisturí del juez José Castro, instructor
del caso Nóos, que hurga por primera vez en las relaciones
económicas que el yerno del Rey trabó con compañías particulares. El Instituto
Nóos, liderado por el duque de Palma con la
ayuda de Diego Torres, se embolsó 4,3 millones de euros de sociedades
comerciales, además de los 5,8 obtenidos de sus convenios con Administraciones
públicas. Urdangarin cerró tratos como asesor y consejero de una decena de
grandes marcas. Ninguno de los muchos empresarios privados que tuvieron
acuerdos con Urdangarin y Torres, o solo con el duque formuló acusación contra
ellos.
Una parte
considerable de los ingresos acumulados por Urdangarin surgió de las
aportaciones de esas grandes compañías a las que asesoraba. En el año 2007, el
ex jugador de balonmano ingresó más de un millón de euros. El juez Castro, en
los interrogatorios a testigos, ayer y hoy, en Madrid y Barcelona, reclamó
detalles a los representantes de las empresas de los trabajos remunerados que
hizo Urdangarin y quiso conocer los contratos que le ligaban así como las actas
de los consejos de los que fue integrante o asesor.
Castro citó a una
decena de apoderados de grandes compañías. Entre las 42 empresas que
patrocinaron, en 2007, a Urdangarin están Mixta África, que abonó 222.000
euros; Motor Ibérica, 180.000; Motor Press, 185.000; Aceros Bergara, 42.000;
Lagardère, 200.000; Seeliger y Conde, 36.000; Altadis, 30.000; Ricard Pernord,
100.000 y Havas Media, 50.000. Los representantes de estas firmas fueron
emplazados por el juez a dar cuentas de la relación. Urdangarin, en el mismo
2007 — en el que se le imputa un delito fiscal— consignó como ingresos de renta
personal 200.000 euros de Telefónica (en la que trabajó) y 300.000 de Global.
El juez, en un auto
de septiembre de 2012, describió que el duque de Palma mantenía “muy diversas y
generosamente lucrativas relaciones comerciales con empresas privadas” aunque
observó entonces que este apartado no era objeto de su causa.
Enlace articulo original: http://politica.elpais.com/politica/2013/03/21/actualidad/1363821890_447680.html
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