martes, 26 de marzo de 2013

Rubalcaba: Diez claves de un líder sin liderazgo


M .R. / Madrid

El líder del PSOE se enfrenta a la tarea de recuperar la confianza de los ciudadanos, no sin antes recuperar la de su propio partido.



Efe

Decía Henry Kissinger que la tarea de un líder es llevar a su gente de donde está hasta donde no haya llegado jamás. El problema del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, es que ha llevado a su partido a la peor etapa de su historia. Si ya antes de ser nombrado secretario general se enfrentó a unas elecciones en las que el PSOE cosechó sus peores resultados de la democracia, la tarea a la que se enfrenta ahora es recuperar la confianza de los ciudadanos; una confianza que parece no tener dentro de su propio partido.
Su liderazgo está cada vez más cuestionado, tanto dentro como fuera del PSOE. Éstas son las claves de su debacle.

1. Suspenso en las urnas

En menos de un año, el PSOE liderado por Rubalcaba se ha enfrentado en cinco ocasiones a los designios de las urnas, y en tres de ellos ha anotado dobles dígitos de caída de votos. En las generales del 20-N, en las que era candidato, perdió un 15,10 por ciento de votos con respecto a las de 2008; en Galicia, el PSOE perdió un 11,57 por ciento con respecto a 2009, y en el País Vasco, un 10,48 por ciento. Entre medias, unas elecciones en Andalucía en las que quedó a las puertas de otro doble dígito —su cosecha de votos fue un 8,8% menor que en 2008— y las asturianas, en las que perdió un 7,65% de los votos pese a celebrarse solo un año después de las anteriores.

2. Por la mínima

Su nombramiento como secretario general ya marcó tendencia en cuanto al apoyo que recibiría en el seno de su partido. En febrero de 2012, el PSOE proclamó a Rubalcaba secretario general de los socialistas por la mínima (ganó por 22 apoyos de entre 956 delegados). Así, la profunda división interna de los socialistas, destrozados tras el desastre electoral del 20N, se hacía latente tras la pugna entre los partidarios del propio Rubalcaba y los de su oponente, la joven Carme Chacón. Tras el 38 Congreso socialista, las autonomías comenzaron a renovar sus cúpulas, lo que reveló que Chacón se había hecho fuerte en importantes feudos: en Andalucía o la Comunidad Valenciana vencieron candidatos que están con ella.

3. Cuestionado por los ciudadanos

Durante los Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, Rubalcaba gozaba de confianza y prestigio. Era el miembro del equipo de Zapatero mejor valorado por los ciudadanos en los barómetros del CIS, aunque en cada edición iba perdiendo puntos. Lejos queda el 5,32 que le otorgaron los ciudadanos en enero de 2011 del 3,40 que ha obtenido en el de febrero de 2013.

4. Cuestionado en el partido

Desde que se convirtió en la cara visible del partido, no paran de «crecerle los enanos». Y la mayoría de ellos, en su propia formación política. Tras el desastre electoral del 21-O, María Antonia Trujillo, ex ministra de Vivienda, publicó en Twitter que esperaba que el líder socialista presentara su dimisión. El expresidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, mantuvo que los socialistas no podían continuar en el fondo del pozo y añadió: «Quien tenga oídos para oír, que oiga». Incluso el portavoz de la Junta de Andalucía, al frente de la cual se encuentra José Antonio Griñán, apuntaba: «Que tome nota del mensaje tan clarito de las urnas».

5. Debate sobre el estado de la Nación

La participación de Rubalcaba en el Debate sobre el Estado de la Nación, el primero de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, dejó con mal sabor de boca a los ciudadanos. El 76% de los lectores de ABC consideró que el líder socialista había suspendido. Su discurso, desordenado y sin estructura, fue rápidamente desmontado por el Gobierno mediante el «Rubalcaba ya estaba». «El problema es que usted tiene historia», le reprochó Rajoy.

6. La sombra de los ERE en Andalucía

El escándalo de los ERE fraudulentos en Andalucía amenaza con salpicar no sólo al presidente de la Junta andaluza, José Antonio Griñán, sino al propio líder de los socialistas —si bien no por implicación directa en la trama, sí por no saber frenar y tomar las medidas adecuadas ante un escándalo de corrupción de tal magnitud en su propio partido—.

7. Rebelión en el PSdeG

El pulso que el PSdeG que lidera Pachi Vázquez mantiene con Ferraz parece haberse saldado con el encuentro entre Vázquez y Rubalcaba, en que cerraron un acuerdo para que los socialistas gallegos puedan elegir a su próximo líder a través de unas primarias «consultivas», cuyo resultado deberá ser ratificado en un congreso. El PSdeG exigió celebrar primarias no sólo para que los afiliados elijan a quien se presenta a las urnas, sino también para renovar un cargo orgánico: el de secretario general del socialismo gallego. El aparato ha hecho saber a Pachi Vázquez que lo que pretende no puede ser con los estatutos en la mano, pero el asunto ha vuelto a poner en entredicho la autoridad de Rubalcaba.

8. Soberanismo y PSC

El desafío de los socialistas catalanes por el derecho a decidir ha vuelto a poner de relieve la crisis de liderazgo que atraviesa Rubalcaba. Trece diputados del PSC rompieron la disciplina de voto en el Congreso y apoyaron una resolución soberanista. Carme Chacón se abstuvo. División histórica entre el PSC y el PSOE de Rubalcaba, que terminó con la dimisión José Zaragoza, el hombre de los socialistas catalanes en Madrid, y con la máxima sanción económica a los diputados díscolos.

El líder del PSOE tuvo que optar por revisar las relaciones con el PSC, bajo la premisa de que ambos partidos sigan «juntos en la diversidad», aunque los de Pere Navarro parecen dispuestos a defender la causa soberanista en Cataluña. Y la crisis con los socialistas catalanes no acaba ahí. Hace un mes, Navarro se ratificó como «verso libre» del socialismo pidiendo incluso la abdicación del Rey.

9. Crisis en Ponferrada

La moción de censura en el ayuntamiento de Ponferrada, de la que salió un nuevo alcalde del PSOE gracias al voto de un edil condenado por acoso sexual, ha dejado entrever que Rubalcaba, o bien no se entera de lo que ocurre en su propio partido, o bien prefiere no enterarse. el secretario general del PSOE pidió perdón por el error y ordenó a Samuel Folgueral que abandonara la alcaldía o el partido. Optó por lo segundo. Entre las excusas de Rubalcaba se encontraba el haber dejado el asunto en manos de Óscar López, número tres del partido. Éste asumió el error como suyo y puso su cargo en manos del partido, que ha optado finalmente por mantenerlo.

10. Cuestionado por la prensa internacional

Incluso la prensa internacional se ha hecho eco de la crisis en la que está sumergido el PSOE por su falta de liderazgo. El prestigioso semanario «The Economist» asegura que «la situación» del partido, incapaz de aprovechar la tasa de desempleo o el caso Bárcenas para mejorar su posición en los sondeos, «demuestra que Alfredo Pérez Rubalcaba es un hombre con una soga al cuello».

«The Economist» pone también el acento en el «Rubalcaba ya estaba»: «Los españoles siguen culpando a Zapatero de detener el alza de una economía boyante» y asocian a Rubalcaba «con la debacle». Y sentencia: «Rubalcaba es en sí mismo un problema para la formación» y la única solución para que el PSOE «deje de cavar su propia tumba» está en «la renovación».

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