M .R. / Madrid
El líder del
PSOE se enfrenta a la tarea de recuperar la confianza de los ciudadanos, no sin
antes recuperar la de su propio partido.
Efe
Decía Henry
Kissinger que la tarea de un líder es llevar a su gente de donde está hasta
donde no haya llegado jamás. El problema del líder del PSOE, Alfredo Pérez
Rubalcaba, es que ha llevado a su partido a la peor etapa de su historia.
Si ya antes de ser nombrado secretario general se enfrentó a unas elecciones en
las que el PSOE cosechó sus peores resultados de la democracia, la tarea
a la que se enfrenta ahora es recuperar la confianza de los ciudadanos; una
confianza que parece no tener dentro de su propio partido.
Su liderazgo
está cada vez más cuestionado, tanto dentro como fuera del PSOE. Éstas son las
claves de su debacle.
1. Suspenso en las urnas
En menos de
un año, el PSOE liderado por Rubalcaba se ha enfrentado en cinco ocasiones a
los designios de las urnas, y en tres de ellos ha anotado dobles dígitos de
caída de votos. En las generales del 20-N, en las que era candidato, perdió
un 15,10 por ciento de votos con respecto a las de 2008; en Galicia, el PSOE
perdió un 11,57 por ciento con respecto a 2009, y en el País Vasco, un 10,48
por ciento. Entre medias, unas elecciones en Andalucía en las que quedó a las
puertas de otro doble dígito —su cosecha de votos fue un 8,8% menor que en
2008— y las asturianas, en las que perdió un 7,65% de los votos pese a
celebrarse solo un año después de las anteriores.
2. Por la mínima
Su
nombramiento como secretario general ya marcó tendencia en cuanto al apoyo que
recibiría en el seno de su partido. En febrero de 2012, el PSOE proclamó a
Rubalcaba secretario general de los socialistas por la mínima (ganó por
22 apoyos de entre 956 delegados). Así, la profunda división interna de los
socialistas, destrozados tras el desastre electoral del 20N, se hacía latente
tras la pugna entre los partidarios del propio Rubalcaba y los de su oponente,
la joven Carme Chacón. Tras el 38 Congreso socialista, las autonomías
comenzaron a renovar sus cúpulas, lo que reveló que Chacón se había hecho
fuerte en importantes feudos: en Andalucía o la Comunidad Valenciana vencieron
candidatos que están con ella.
3. Cuestionado por los ciudadanos
Durante los
Gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, Rubalcaba gozaba
de confianza y prestigio. Era el miembro del equipo de Zapatero mejor valorado
por los ciudadanos en los barómetros del CIS, aunque en cada edición iba
perdiendo puntos. Lejos queda el 5,32 que le otorgaron los ciudadanos en
enero de 2011 del 3,40 que ha obtenido en el de febrero de 2013.
4. Cuestionado en el partido
Desde que se
convirtió en la cara visible del partido, no paran de «crecerle los enanos». Y
la mayoría de ellos, en su propia formación política. Tras el desastre
electoral del 21-O, María Antonia Trujillo, ex ministra de Vivienda, publicó en
Twitter que esperaba que el líder socialista
presentara su dimisión. El expresidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José
María Barreda, mantuvo que los socialistas no podían continuar en el fondo del
pozo y añadió: «Quien tenga oídos para oír, que oiga». Incluso el
portavoz de la Junta de Andalucía, al frente de la cual se encuentra José
Antonio Griñán, apuntaba: «Que tome nota del mensaje tan clarito de las urnas».
5. Debate sobre el estado de la Nación
La
participación de Rubalcaba en el Debate sobre el Estado de la Nación, el
primero de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno, dejó con mal sabor de
boca a los ciudadanos. El 76% de los lectores de ABC consideró que el líder
socialista había suspendido. Su discurso, desordenado y sin estructura, fue
rápidamente desmontado por el Gobierno mediante el «Rubalcaba ya estaba». «El
problema es que usted tiene historia», le reprochó Rajoy.
6. La sombra de los ERE en Andalucía
El escándalo de los ERE fraudulentos en Andalucía
amenaza con salpicar no sólo al presidente de la Junta andaluza, José Antonio
Griñán, sino al propio líder de los socialistas —si bien no por implicación
directa en la trama, sí por no saber frenar y tomar las medidas adecuadas ante
un escándalo de corrupción de tal magnitud en su propio partido—.
7. Rebelión en el PSdeG
El pulso
que el PSdeG que lidera Pachi Vázquez mantiene con Ferraz parece haberse
saldado con el encuentro entre Vázquez y Rubalcaba, en que cerraron un acuerdo
para que los socialistas gallegos puedan elegir a su próximo líder a través de
unas primarias «consultivas», cuyo resultado deberá ser ratificado en un
congreso. El PSdeG exigió celebrar primarias no sólo para que los
afiliados elijan a quien se presenta a las urnas, sino también para renovar un
cargo orgánico: el de secretario general del socialismo gallego. El aparato ha
hecho saber a Pachi Vázquez que lo que pretende no puede ser con los estatutos
en la mano, pero el asunto ha vuelto a poner en entredicho la autoridad de
Rubalcaba.
8. Soberanismo y PSC
El desafío de los socialistas catalanes por el
derecho a decidir ha vuelto a poner de relieve la crisis de liderazgo que
atraviesa Rubalcaba. Trece diputados del PSC rompieron la disciplina de voto en
el Congreso y apoyaron una resolución soberanista. Carme Chacón se abstuvo. División
histórica entre el PSC y el PSOE de Rubalcaba, que terminó con la dimisión
José Zaragoza, el hombre de los socialistas catalanes en Madrid, y con la
máxima sanción económica a los diputados díscolos.
El líder del
PSOE tuvo que optar por revisar las relaciones con el PSC, bajo la premisa de
que ambos partidos sigan «juntos en la diversidad», aunque los de Pere Navarro
parecen dispuestos a defender la causa soberanista en Cataluña. Y la crisis con
los socialistas catalanes no acaba ahí. Hace un mes, Navarro se ratificó como
«verso libre» del socialismo pidiendo incluso la abdicación del Rey.
9. Crisis en Ponferrada
La moción de
censura en el ayuntamiento de Ponferrada, de la que salió un nuevo alcalde del
PSOE gracias al voto de un edil condenado por acoso sexual, ha dejado entrever
que Rubalcaba, o bien no se entera de lo que ocurre en su propio partido, o
bien prefiere no enterarse. el secretario general del PSOE pidió perdón por el
error y ordenó a Samuel Folgueral que abandonara la alcaldía o el partido. Optó
por lo segundo. Entre las excusas de Rubalcaba se encontraba el haber dejado
el asunto en manos de Óscar López, número tres del partido. Éste asumió el
error como suyo y puso su cargo en manos del partido, que ha optado finalmente
por mantenerlo.
10. Cuestionado por la prensa internacional
Incluso la
prensa internacional se ha hecho eco de la crisis en la que está sumergido el
PSOE por su falta de liderazgo. El prestigioso semanario «The
Economist» asegura que «la situación» del partido, incapaz de
aprovechar la tasa de desempleo o el caso Bárcenas para mejorar su posición en los sondeos,
«demuestra que Alfredo Pérez Rubalcaba es un hombre con una soga al cuello».
«The
Economist» pone también el acento en el «Rubalcaba ya estaba»: «Los españoles
siguen culpando a Zapatero de detener el alza de una economía boyante» y
asocian a Rubalcaba «con la debacle». Y sentencia: «Rubalcaba es en sí mismo un
problema para la formación» y la única solución para que el PSOE «deje de
cavar su propia tumba» está en «la renovación».
Enlace
articulo original: http://www.abc.es/espana/20130326/abci-rubalcaba-crisis-liderazgo-201303251811.html
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