martes, 12 de marzo de 2013

Griñán se rebela y exige que Organización sea tutelada por la vicesecretaría general


·    Aprovechará la crisis para pedir cambios en la dirección


Hace 8 horas Esther L. Palomera.  Madrid.

     Un día es el PSC, otro el pulso del PSdeG y otro la pifia de Ponferrada... Más allá de la debilidad de un liderazgo cuestionado, ya es un clamor en el PSOE que la dirección federal no funciona, tampoco la del Grupo Parlamentario y que la enésima crisis interna no puede saldarse con la negativa de Rubalcaba a aceptar la renuncia del secretario de Organización, Óscar López. Valencia, Madrid, pero sobre todo la poderosa federación andaluza clamaron ayer por la exigencia de responsabilidades tras el «tsunami» de Ponferrada. Y ya se sabe que, en estos tiempos convulsos para el socialismo, cuando Andalucía estornuda, Ferraz se constipa. Tomás Gómez no tiene poder orgánico; Tximo Puig aún busca su espacio, pero José Antonio Griñán tiene desde hace tiempo las riendas del PSOE que dirige Rubalcaba. El presidente andaluz, cuya presión fue determinante para que el viernes por la noche el secretario general desautorizara la polémica moción de censura, no sólo no se resigna, sino que exigirá cambios de calado en el modelo orgánico.
     Las crisis catalana, gallega y leonesa no son más que síntomas de una organización rota, sin rumbo y sin alternativa clara al liderazgo que hoy ejerce con dificultad Rubalcaba. Y no será porque no haya candidatos que aprovechan la mínima para marcar territorio y situarse en la carrera. De momento, ninguno de los que se postulan convencen a la federación andaluza, ni siquiera Carme Chacón a la que apoyaron mayoritariamente en el Congreso Federal y hoy no consideran tampoco la solución que necesita el PSOE. Del vasco Patxi López no quieren ni oír hablar en Sevilla y, de momento, tampoco les convence el «favorito» de una amplia mayoría, Eduardo Madina. A la espera de un «mirlo blanco» que de momento no se otea, Andalucía mueve ficha. El presidente Griñán tiene intención de aprovechar la crisis para exigir reformas profundas en la dirección federal, según ha podido saber este diario. Y es que, en su opinión, el problema hoy no es tanto Rubalcaba como el modelo de partido que diseñó cuando ganó el congreso y que un año después se ha demostrado fallido. Así, reclamará que sea la vicesecretaria general, Elena Valenciano, quien asuma la coordinación orgánica y la dirección directa de las secretarías de Organización, Institucional, Municipal, Acción Electoral, Movilización Social y Comunicación. De lo contrario, todo recaerá siempre en el secretario general que, a su juicio, no ha de ser ni verse, como un líder orgánico sino como un líder social. La propuesta de Griñán a nadie se le escapa pasa por pedir de forma elegante las cabezas de quienes formaron parte del «sanedrín» de José Blanco, estos son Óscar López, Gaspar Zarrías y Antonio Hernando.

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